El PSOE acusó anoche a su partido hermano en Cataluña, el PSC, de llevar a cabo una «ruptura unilateral» por su decisión unánime de mantener el no a Rajoy. En un durísimo comunicado, la Gestora asegura que los siete diputados catalanes –como los demás– deben «obedecer el mandato del Comité Federal» y hacer a Rajoy presidente.
La nueva dirección del PSOE no quiere que nadie escape al «mandato imperativo» del Comité Federal y exige que todos los diputados acepten abstenerse en segunda votación para hacer presidente a Mariano Rajoy. Por eso la unanimidad absoluta del Consejo Nacional del PSC reunido ayer en Barcelona –votaron mantener el no 241 de 242 y sólo uno se abstuvo– fue respondida con un duro comunicado de la Comisión Gestora que acusa a los catalanes de «ruptura unilateral de la leal y exitosa unidad de acción».
Ferraz lamenta «profundamente» el paso dado por el máximo órgano de los socialistas catalanes y exige a los diputados «obedecer» el mandato del PSOE «conforme a lo acordado de manera democrática y mayoritaria» por el máximo órgano del partido. El PSOE apela a «la sensatez, a la historia común» entre ambas formaciones y a la tarea desarrollada durante casi cuatro décadas de colaboración. «No existe, por tanto, justificación alguna para contravenir el acuerdo adoptado por el Comité Federal», sentencia la Gestora.
La dirección del PSOE está tratando de imponer su autoridad, de momento con muy poco éxito. Como ha podido confirmar este diario, 15 diputados ya han decidido romper la unidad de voto y no apoyar la abstención (entre ellos, los siete catalanes). Otros cinco están pensando seriamente hacerlo. Si la dirección llevara a cabo la expulsión de los díscolos del Grupo Socialista, el PSOE podría ser el tercer grupo parlamentario del Congreso. Si expulsa a 18 o más, los socialistas se quedarían con menos diputados que el PP (134) y que Unidos Podemos (67), con lo que Pablo Iglesias pasaría a ser el jefe de la oposición.
Los 15 diputados que no se abstendrán para que Rajoy sea presidente son los siete del PSC; las independientes Margarita Robles y Zaida Cantera; la aragonesa Susana Sumelzo; los baleares Sofía Hernanz y Pere Joan Pons; Odón Elorza (Izquierda Socialista), y la gallega Rocío de Frutos.
Pedro Sánchez tampoco se abstendrá, con lo que romperá la disciplina de voto, según varias fuentes próximas a él. Personas de su entorno señalaron que hoy asistirá a la primera jornada del Pleno de investidura. Pero no aclaran cuál será su decisión final en la segunda votación del sábado. Sánchez baraja votar no y dimitir como diputado o votar no y seguir con su acta. Si continúa y el partido actúa contra él, estaría dispuesto a recurrir al Tribunal Constitucional para defenderse.
Los 15 díscolos podrían ampliarse hasta 20, ya que Pilar Cancela (La Coruña), José Luis Ábalos (Valencia), María González Veracruz (Murcia), Mari Luz Seijo (Palencia) y Mar Rominguera (Zamora) aún no saben si mantendrán su no actual en la votación, como pudo confirmar EL MUNDO. Las dos diputadas castellanoleonesas presentarán hoy un escrito a la dirección del Grupo para que las permita votar en conciencia.
La dirección, hasta el momento, ha decidido responder con mano dura. El presidente de la Comisión Gestora, Javier Fernández, que comunicó ayer al jefe del Estado la decisión del PSOE de hacer presidente a Mariano Rajoy en la segunda votación, trató de contener la rebelión, pero con escaso éxito.
En rueda de prensa, aseguró que él no está pensando en expulsar del Grupo Socialista a los diputados que voten no. Y dijo que la respuesta que estudiará la Comisión Gestora y que podría aplicar después el Comité Federal será «muy medida». Pero tras varias preguntas, no descartó la expulsión del Grupo Socialista, como apuntan varias fuentes próximas a la Comisión Gestora.
En Barcelona y por la tarde, el PSC ratificó ayer por práctica unanimidad el no de sus siete diputados a la investidura de Rajoy a pesar de las amenazas de ruptura por parte de dirigentes del PSOE. Los socialistas catalanes son «conscientes» de las «consecuencias» y de los «problemas de relación» con el PSOE que esta postura puede ocasionar. «Espero que, pase lo que pase, podamos seguir compartiendo un proyecto federal para España. No me gustaría dar esta satisfacción ni a los inmovilistas ni a los independentistas», aseguró ayer Iceta.
Desde el PSC apelaron a la «fraternidad socialista» y llamaron al PSOE a «aceptar las diferencias y gestionar las discrepancias» con diálogo «para poder seguir caminando juntos».