El PSOE se debate entre el no al PP hasta el final y facilitar la investidura de Mariano Rajoy in extremis. Pedro Sánchez no ha señalado claramente, ni en público ni en privado, su opción. Él alega que cuando llegue el momento, el PSOE hará lo mejor para el interés general, lo que ahora pasa –considera– por mantener una negativa firme a facilitar la investidura.
A favor de la abstención están dirigentes históricos como Felipe González, Alfonso Guerra, José Bono o, sin haberlo dicho en público, José Luis Rodríguez Zapatero. También son partidarios la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, y la mayoría de los barones. Aunque sólo lo admitió el jefe del Ejecutivo extremeño, Guillermo Fernández Vara.También serían partidarios de barajar la abstención dirigentes próximos a Sánchez como el portavoz en el Senado, Óscar López, su asesor económico, Jordi Sevilla, o José Enrique Serrano, explican varias fuentes.
Sin embargo, en Ferraz cada vez son más los dirigentes muy cercanos al líder que defienden el no hasta el final. En conversación con EL MUNDO, varios de ellos aseguran creer que Sánchez comparte su opinión.
Los partidarios del no sustentan su negativa en tres argumentos: consideran que lo peor para España es un nuevo Ejecutivo de Rajoy que continúe aplicando políticas «neoliberales» que están «desmantelando el Estado del Bienestar». Entienden que los españoles han dicho que es el PP el que debe formar gobierno, pero aseguran que el candidato popular debe ser capaz de conseguir sus apoyos al margen del Partido Socialista. Además, piensan que lo conseguirá. Y no descartan que la votación de investidura definitiva pueda ser después de las elecciones vascas del 25 de septiembre, cuando el PNV ya podrá apoyar al PP.
La segunda y puede que más importante de sus razones es que consideran «imprescindible» mantener el no para «preservar la fortaleza del PSOE como alternativa del PP y como primer partido de la oposición». «La abstención del PSOE», añaden, «supondría hacer jefe de la oposición a Pablo Iglesias», explica un importante dirigente de Ferraz de la máxima confianza de Sánchez.
Esta segunda razón partidista también es un argumento de interés general, aclaran, ya que Podemos «pone en peligro tanto la estabilidad económica del país, por defender un aumento exponencial del gasto, como la unidad de España».
Otro destacado miembro de la Ejecutiva explica que el secretario general de Podemos ya tiene preparada la respuesta «por tierra, mar y aire» a una hipotética abstención del PSOE. Esta decisión supondría «el sorpasso real» de Unidos Podemos sobre el PSOE y la anulación de Sánchez como líder de la oposición para ser sustituido por Iglesias. «Podemos está replegado y fuera de juego», aseguran en Ferraz, «si el PSOE permite que gobierne Rajoy, conseguiremos su resurrección».
Por último, en el Partido Socialista alegan que Sánchez se comprometió en la campaña a que no haría presidente a Rajoy ni con sus votos, ni con su abstención. Así lo aseguró rotundo en el Foro de EL MUNDO del 31 de mayo. Y así lo mantuvo toda la campaña electoral. Permitir un Gobierno del PP sería «traicionar a nuestros votantes, a los que les prometimos que no lo haríamos», dicen.
Pero hay un elemento más que en los últimos días han puesto de manifiesto el portavoz en el Congreso, Antonio Hernando, o el ex lehendakari Patxi López: permitir un Gobierno de Rajoy sería «indultar su corrupción».
En Ferraz no pasa inadvertido el calvario judicial que espera a Rajoy después de agosto. Y esa es otra de las principales razones para rechazar la investidura popular. En Ferraz aseguran que «el PP es una bomba judicial andante». Y en septiembre y octubre tiene incluso señalizados varios juicios que volverán a sacar a la primera línea la responsabilidad política de Rajoy.
En las próximas semanas se hará firme el auto que sienta en el banquillo por segunda vez al PP. Esta vez por destruir, presuntamente, las pruebas de su financiación ilegal: por borrar 35 veces los discos duros de Bárcenas y destruirlos a martillazos. El 23 de septiembre, comenzará el juicio por las tarjetas black. Los dos principales procesados son Rodrigo Rato y Miguel Blesa.
Por último, el 4 de octubre, comienza el primero de los juicios del caso Gürtel. Como asegura Patxi López, el PSOE «no puede avalar y blanquear un Gobierno rodeado por la corrupción que no ha asumido ninguna responsabilidad».
Dirigentes de la Ejecutiva partidarios del no sólo admiten la abstención en dos casos: una abstención compartida con el resto de partidos –algo imposible porque Podemos nunca accederá a hacerlo–. O una abstención ante otro candidato en el caso de que Rajoy renunciara. «Se nos pide responsabilidad y sacrificios a todos para evitar terceras elecciones», asegura un dirigente muy próximo a Sánchez, «¿pero qué sacrificio hace el PP? Como mínimo, debería renunciar a ser el candidato el responsable de la corrupción del PP de los últimos 12 años».
En el caso de Ciudadanos, la corrupción supone un obstáculo «clave» para «no pasar de la abstención» a un sí. «Rajoy tiene responsabilidades políticas en todo lo que ha sucedido», explica Miguel Gutiérrez, que remarca que durante muchos años ha sido la persona que ha conformado los equipos y elegido a las personas que se han visto salpicadas por las investigaciones de Gürtel, las black o el caso Bárcenas.
Todos esos casos, admite Gutiérrez en declaraciones a EL MUNDO, tienen un «peso» fundamental en la posición de C’s. No obstante, asegura que no están instalados en la «abstención técnica» por la coincidencia de «los tiempos judiciales» con la búsqueda de la investidura, sino porque Rajoy tiene ante todo una «responsabilidad política» que, a su juicio, le impide encabezar el proceso de regeneración democrática que necesita España. Con otro candidato, el partido de Albert Rivera estaría dispuesto a entenderse con el PP.
«Pero la realidad es que sigue ahí. No lo podemos cambiar, sólo lo puede cambiar el PP», lamenta el dirigente. Así, compara la situación de Rajoy con la de la Comunidad de Madrid en 2015. «Cuando el PP ha querido iniciar la senda de la regeneración ha puesto personas nuevas, como Cristina Cifuentes».
Pese a la relevancia que se da a la corrupción y a la desconfianza que produce Rajoy, C’s asume que ahora «hay un ejercicio de responsabilidad superior»: «Desbloquear la situación política que está llevando a España al desgaste institucional». «Que Rajoy sea el responsable político de eso [la corrupción] no puede llevarnos a bloquear España», afirma.