ABC 02/05/17
EDITORIAL
LOS tres precandidatos a la Secretaría General del PSOE aprovecharon ayer la celebración del Primero de Mayo para seguir haciendo campaña de cara a las cruciales primarias que celebrarán el próximo día 21, pero el futuro del partido no solo dependerá del nuevo líder que escojan los militantes socialistas, sino del programa que ofrezcan como alternativa a los ciudadanos y del particular juego de alianzas que pretendan llevar a cabo para tratar de alcanzar el poder. Dada la relevancia de la fecha, tanto Susana Díaz, que participó en un acto en Badajoz, como Pedro Sánchez, que visitó Lérida, y Patxi López, desde Bilbao, coincidieron en reclamar la derogación de la reforma laboral, a pesar del indudable éxito que está cosechando a la hora de crear empleo, pero difieren, sin embargo, en otros muchos aspectos básicos que el PSOE deberá definir para acabar de una vez con la nefasta ambigüedad y los desconcertantes vaivenes que protagoniza desde hace años.
Y la primera y más importante cuestión a aclarar es, sin duda, el modelo territorial que propone para España, puesto que el abanico mostrado hasta ahora no solo es difuso, sino desconcertante y caótico. Mientras que Díaz quiere desarrollar la Declaración de Granada que presentaron los socialistas en 2013 para avanzar hacia un estado «federal», aunque sin entrar en detalles; Sánchez aboga por redefinir España como una «nación de naciones», mientras que López plantea la identidad nacional como un «derecho». Los socialistas necesitan un liderazgo sólido para recomponer su unidad interna, pero también un proyecto claro, coherente y viable para el conjunto del país, empezando por la defensa de la «indisoluble unidad de la Nación española», tal y como reza el artículo 2 de la Constitución.