Editorial, EL CORREO, 27/11/11
Los socialistas no podrán resolver su crisis sin una reflexión profunda y abierta
El Comité Federal del PSOE celebrado ayer convocó, como es preceptivo y estaba previsto, el 38º Congreso Federal ordinario para los días 3, 4 y 5 del próximo febrero en Sevilla. El modelo que tuvieron en mente los casi 250 congregados que forman parte del órgano de dirección socialista fue el del 35º encuentro, del año 2000, en el que, en un proceso de gran transparencia que no tenía precedentes, Rodríguez Zapatero se convirtió en secretario general en reñida pugna con otros tres contendientes: José Bono, Matilde Fernández y Rosa Díez. En la reunión de ayer, Zapatero realizó cierta autocrítica, aunque la tesis oficial para explicar la debacle experimentada el 20-N, que ha supuesto la pérdida nada menos que de 4,3 millones de votos, sigue siendo la crisis económica. Rubalcaba, por su parte, sostuvo en su intervención que este país no se ha derechizado, ya que el PP tan sólo ha recogido algo más de medio millón de votos de los extraviados por los socialistas y, aunque no se postuló expresamente como candidato a la Secretaría General, sí afirmó que el programa electoral que él defendió sigue siendo válido para trabajar en la oposición. El entorno de Carme Chacón no fue mucho más explícito, pero se da ya por sobreentendido que la ministra de Defensa en funciones, apoyada por algunos barones -el más notorio es el madrileño Tomás Gómez- disputará a Rubalcaba el liderazgo. Otros intervinientes, como el extremeño Fernández Vara, desearían un cónclave más abierto y que surgieran, por tanto, más candidatos. En cualquier caso, el PSOE pretende dejar cerrada su crisis en unas semanas, lo que suscita dudas sobre el diagnóstico que ha hecho la cúpula socialista de lo ocurrido: la crisis ha golpeado a los partidos gobernantes en toda Europa, ciertamente, pero lo sucedido aquí el 22 de mayo en las autonómicas y municipales y el 20 de noviembre en las generales revela una muy profunda desafección de la sociedad que trasciende de la coyuntura y obliga a sospechar que han fracasado el ideario, la organización, la estrategia&hellip Por eso mismo, es muy dudoso que el hundimiento socialista pueda resolverse en poco tiempo, con las mismas personas que lo han gestionado y sin una previa reflexión de gran calado y abierta a toda la sociedad.
Editorial, EL CORREO, 27/11/11