EL MUNDO – 05/10/16
· Algunos dirigentes y la mayoría de los diputados se pronuncian en contra de unas nuevas elecciones Moncloa asegura que no tomará ninguna iniciativa hasta que se vote en el Comité Federal.
· La nueva dirección del PSOE sólo contempla ir a elecciones como última opción.
· Tras la grave crisis que ha sufrido este partido y la abrupta dimisión de Pedro Sánchez, la Comisión Gestora es absolutamente consciente del riesgo de desastre electoral que corre el PSOE si las elecciones son el 18 de diciembre, como admitió ayer su presidente, Javier Fernández.
Por eso, la mayoría de los barones que dirigen la Gestora que ha sustituido a la Ejecutiva de Sánchez están preparando el giro del actual no a una posible abstención. Eso sí, esperan antes un gesto, un movimiento de Rajoy para justificar ese paso.
Así lo explicaron ayer varios dirigentes socialistas, como el ex vicesecretario general José Blanco, que votó con Susana Díaz el sábado. «El PP debe mover ficha, facilitarlo, hacer un esfuerzo, si no va a ser muy difícil que el PSOE asuma en exclusiva una responsabilidad que es del PP», aseguró en la Cope.
Otros fueron menos claros, pero numerosos cargos y diputados explicaron en privado que la nueva dirección no podrá aprobar la abstención si Rajoy no hace un esfuerzo previo para acabar con el bloqueo político. «Si el PP quiere humillarnos y que nos pongamos de rodillas, no lo conseguirá, en ese caso iremos a elecciones», aseguró un mando próximo a la Gestora socialista.
El plan de la líder de los socialistas andaluces, Susana Díaz, está marcado a fuego desde el principio. Su mejor opción era que el PP consiguiera gobernar sin ayuda del PSOE o, en caso de ser imposible, que se produjera una «abstención técnica», de forma que los 84 diputados socialistas –o el número que fuera necesario– permitieran que Mariano Rajoy forme Gobierno, no impedirlo con un no hasta el final, como defendía Pedro Sánchez.
Una vez arrancada la legislatura, Díaz tendría tiempo para ganar el congreso del PSOE y coser y recomponer el partido desde la oposición para poder ser ya candidata al final de una legislatura probablemente corta.
El problema es que la guerra mundial que estalló en el PSOE la semana pasada ha dejado a esta formación en ruinas, partida por la mitad y con graves problemas para negociar con el PP.
La abstención sigue siendo el plan A de muchos barones. Sin embargo, esperan que sea el primer partido en votos y escaños el que mueva ficha y desbloquee la situación. La nueva dirección socialista querría que Rajoy liderara la búsqueda del desbloqueo y que buscara cómplices para hacerlo: el PSOE y también el PNV.
Pero Rajoy no parece por la labor. Fuentes de Moncloa explicaron ayer a EL MUNDO que el presidente en funciones no hará nada hasta que el PSOE no tome una decisión definitiva en un futuro Comité Federal. Los socialistas temen que el PP prefiera ya elecciones, dada su supuesta debilidad. Pero todas las fuentes responden lo mismo: en ese caso habrá comicios, el Partido Socialista «no se pondrá de rodillas ni se humillará».
El presidente de la Gestora, Javier Fernández, volvió a dejar claro que «hay una cosa peor que un Gobierno en minoría de Rajoy y es un Gobierno en mayoría». En su opinión, el debate sobre la abstención «no es en absoluto ideológico» ni afecta a si su partido se acerca o se aleja del PP. «Esto es un asunto político, de naturaleza táctica, sobre qué conviene al país y al PSOE», aseguró. En su opinión, «todo el mundo sabe que si hay terceras [elecciones], el PP sacará mejor resultado».
El ex ministro José Blanco fue muy claro al plantear que el PSOE puede girar hacia la abstención, aunque antes Rajoy debe «destaponar» la situación y «cambiar su actitud». Esta posición es la defendida también por varios presidentes autonómicos, que cargan la responsabilidad principal del bloqueo sobre el PP. Ayer, en los pasillos del Congreso, varios dirigentes socialistas se escandalizaban porque desde las elecciones vascas y gallegas (el 25 de septiembre) Rajoy no haya hecho «absolutamente nada» para conseguir gobernar.
«Si nada cambia antes de que el PSOE celebre su Comité Federal, no se darán las circunstancias para que nada cambie en la posición del PSOE; el PP tendría que empezar a moverse y hablar y dialogar», insistió el que fue número dos de Zapatero al frente del partido. Sólo en ese caso sería posible una «abstención técnica», que no supondría «responsabilizarse de las políticas del PP».
El diputado Ignacio Urquizu, próximo a las tesis del presidente aragonés, Javier Lambán, lamentó que en el PSOE «había una posición de abstenerse, pero el PP ha cambiado las razones de Estado por las suyas propias», dando por hecho que el partido de Rajoy ahora quiere elecciones.
El presidente de la Comunidad Valenciana, ayer en el Congreso, Ximo Puig, sentenció por su parte que «no se dan las circunstancias para facilitar la investidura de Rajoy», al menos, puntualizó, «en este momento».
Javier Fernández asistió ayer a la reunión del Grupo Socialista para escuchar la opinión de los diputados del PSOE. La inmensa mayoría de los 26 parlamentarios que tomaron la palabra en una larga reunión de cuatro horas se mostró en contra de las terceras elecciones y a favor de abrir una reflexión en el PSOE para evitarlas. Sólo la independiente Margarita Robles abogó por el no, así como Odón Elorza, que volvió a apostar por intentar un Gobierno alternativo.
Todos los demás diputados apostaron por abrir un periodo de reflexión para abordar todas las alternativas a las elecciones. Algunos parlamentarios, como José María Barreda o Ciprià Císcar, abogaron más abiertamente por la abstención. Los diputados próximos a Pedro Sánchez, que ayer no acudió al Congreso para no convertirse en centro de atención política, prefirieron no intervenir y aseguraron que lo harán si el asunto llega al Comité Federal.
La diputada por Asturias y fiel a Sánchez Adriana Lastra sí remarcó a la entrada de la reunión que «tras tantas deslealtades, será bueno que decida la militancia».
Los sanchistas –en la Gestora hay tres– y el PSC van a defender que la nueva dirección plantee una consulta a todos los militantes en el caso de que el Comité Federal abogue por la abstención. Sin embargo, ni la Gestora, ni los barones, ni personas antes próximas a Sánchez lo consideran necesario. La ex presidenta del PSOE, la andaluza Micaela Navarro, rechazó la consulta a los militantes y apostó por que sólo lo decida el Comité Federal, ya que sus miembros tienen «una información más completa».
La nueva dirección del PSOE parece resignada a ir a elecciones en el caso de que Rajoy no se mueva para buscar apoyos. En ese caso, los socialistas tendrían que buscar un candidato lo suficientemente potente como para no derrumbarse. Y deberían hacerlo de forma urgente. Cada vez más diputados hablan de que uno de los pocos nombres que les podría salvar –porque es muy apreciado en todo el partido y porque tiene una gran valoración ciudadana– podría ser el ex ministro Ángel Gabilondo.
EL MUNDO – 05/10/16