FRANCISCO PASCUAL – EL MUNDO – 22/01/17
· «Al día siguiente de las elecciones de junio la inmensa mayoría de los dirigentes de este partido (el PSOE) sabíamos lo que había que hacer (dejar gobernar a Mariano Rajoy), lo que no sabíamos era cómo ganar el Congreso después de hacerlo». Esta frase la pronunció Javier Fernández en el pasado comité federal de su partido y es de una sinceridad y de una crudeza descarnadas.
El dirigente asturiano justificaba con ella los medios empleados para descabalgar a la brava a Pedro Sánchez porque existían unos fines que se consideraban superiores: la estabilidad política del país y el regreso del PSOE a su versión clásica.
El proyecto tiene una segunda fase, que Fernández omitió en su discurso, y que se sintentiza en la entronización de Susana Díaz como secretaria general del partido. Para tal objetivo, tampoco se escatiman medios. La tentativa se asienta sobre tres pilares: un proyecto de liderazgo a la usanza del socialismo andaluz, el apoyo del grupo de comunicación Prisa y la utilización de la Gestora para marginar a Sánchez o, como mínimo, diseñar un Congreso favorable a Díaz.
Los dos últimos elementos se combinan entre sí, sin que exista el más mínimo pudor. Esta semana el diario El País anunciaba en nombre de la Gestora que uno de sus columnistas, José Carlos Díez, de cuya cercanía presume la presidenta andaluza, elaborará la ponencia económica del Congreso. Igualmente, hacía público que Eduardo Madina, enemigo declarado de Sánchez, se encargará de la ponencia política.
Al consejo editorial del rotativo madrileño se incorporó en septiembre Alfredo Pérez Rubalcaba, quien lubrica la candidatura de Díaz. La andaluza le ha elegido de compañía para su puesta de largo, a finales de mes en Alcalá de los Gazules.
Los nombramientos de Díez y Madina son insólitos en esta situación, pues todavía no se sabe quién va a ser el secretario general del partido. Lo lógico sería que éste fuese quien tutelase las ponencias del Congreso. En lugar de ello, lo hace una Gestora que, por definición, es provisional e ilegítima para adoptar decisiones de calado, más allá de la organización logística del Congreso.
Un cuarto ingrediente, también del agrado del equipo de Díaz, se ha añadido al cóctel. La entrada en liza de Patxi López como candidato cumple una doble función. Es obvio que divide el voto en territorios clave, como el País Vasco. Sin embargo, sobre todo puede servir como aliviadero y palanca de integración a los barones que han abandonado a Pedro Sánchez y se han quedado descolgados, como Idoia Mendia o Francina Armengol. Si al final aquél se apea de la carrera, las primarias se convertirán en un sencillo reparto de cargos.
La candidatura de López –la presentó de manera oficial este sábado en Portugalete– corre a cargo de dos ex sanchistas–Óscar López y César Luena–, y sobre todo del histórico fontanero Rodolfo Ares, próximo a Rubalcaba. Por encima de Pablo Iglesias, el ex secretario general culpa a éste último de que no sea hoy presidente del Gobierno.
La operación para aislar a Sánchez está cogiendo velocidad de crucero a cuatro meses de las primarias que celebrarán los socialistas. Ante la imposibilidad de un Congreso a la búlgara, se está bulgarizando el proceso. Desactivado y enmudecido Iceta, la propuesta ya abiertamente podemizada de Sánchez parece más quijotesca que nunca.
FRANCISCO PASCUAL – EL MUNDO – 22/01/17