Después de la sangría de votos que han sufrido los socialistas en las últimas elecciones municipales, sus socios parlamentarios volvieron a amagar con dejar solo a un PSOE en seria crisis, porque los peneuvistas, según su líder, Iñigo Urkullu, no se sienten «comprometidos» con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
Si Urkullu dijo hace unos días que será la ejecutiva del PNV la que decida si mantiene o no el respaldo al presidente del Gobierno, lo cierto es que ayer se produjo un acercamiento significativo. Se acordó el traspaso de cinco nuevas transferencias al País Vasco, valoradas en cerca de 31 millones de euros y que suponen el traspaso de 376 empleados públicos.
Entre las competencias recién cedidas a Euskadi están las que conciernen a la inspección de trabajo; los maestros y el personal sanitario de instituciones penitenciarias; los profesores de religión; las convalidaciones y el reconocimiento de estudios en centros extranjeros, y la homologación de títulos. El pacto se cerró en una reunión celebrada por la tarde en el Congreso, en la que participaron representantes del Gobierno y los grupos del PSOE y el PNV. Además, se acordó tratar de acelerar el traspaso de competencias que todavía quedan pendientes para que no quede ningún fleco antes del 30 de junio.
HOJA DE RUTA / De hecho, el portavoz de los nacionalistas en la Cámara baja, Josu Erkoreka, anunció que su grupo no abordará la negociación de los presupuestos del 2012 hasta que no se cumpla «plenamente» la hoja de ruta que el PNV trazó junto a los socialistas cuando le prestó sus votos para aprobar las cuentas del 2011.
Como no podía ser de otro modo, Erkoreka aprovechó para intentar sacar los colores a su principal adversario, el PSE de Patxi López, al sentenciar que el actual Ejecutivo vasco, a su entender, jamás hubiera logrado lo que sí ha conseguido el PNV desde la oposición. Cabe recordar que los peneuvistas han exigido la dimisión de López tras el 22-M.
EL PERIÓDICO DE CATALUÑA, 27/5/2011