ISABEL SAN SEBASTIÁN-ABC
- Los adalides del progresismo aceptan con mansedumbre ovina que el progreso resplandezca en las carreras de Begoña y David
Las encuestas conocidas estos días llevan a una conclusión inapelable: el PSOE ha dejado de ser una formación política al uso para convertirse en una secta dedicada a rendir culto a su líder. En otras palabras; el antiguo Partido Socialista ha mutado en Sanchismo descarnado, sin otro propósito o ideología que la perpetuación en el poder de Sánchez.
Hoy se cumple un año desde la celebración de las últimas elecciones generales y, a tenor de lo publicado, de repetirse los comicios el movimiento que encabeza el presidente del Gobierno apenas perdería uno o dos diputados. No podría revalidar su mandato, es un consuelo, por el derrumbe de Sumar, pese a lo cual mantendría su grupo parlamentario prácticamente intacto, en torno a los 120 escaños. La corrupción resbala por la epidermis de ese tinglado rocoso sin provocar daño alguno. Los autoproclamados adalides de la progresía aceptan con mansedumbre ovina que el cacareado progreso resplandezca en las carreras profesionales de Begoña y David, la ‘famiglia’ del ‘padrino’, sumidos en sendos escándalos sin precedentes en la democracia. Tampoco cambia la intención de voto de estos supuestos feministas el hecho de que el dinero destinado a combatir la violencia de género haya acabado en los bolsillos de la directora del Instituto de las Mujeres y su pareja, enfangadas hasta el cuello en el negocio de los ‘puntos violeta’. Del mal llamado ‘caso Koldo’ que salpica a presidentes autonómicos, ministros y demás altos cargos de distintas administraciones socialistas, una sucia trama de venta de material sanitario a menudo defectuoso e inflado de precio, aprovechando la pandemia, ya ni se acuerdan. ¿Y qué decir de la traición flagrante a la E de sus propias siglas, así como a esa «igualdad» que no se les cae de la boca? En la España de Pedro Sánchez todos somos iguales, pero unos más iguales que otros, sobre todo si son golpistas o antiguos integrantes de una banda terrorista. En tal caso cuentan con indultos y amnistías, además de gozar de un sistema fiscal privilegiado, actualmente en estudio avanzado para Cataluña a cambio de investir a Illa al frente de la Generalitat. Tampoco quedan desamparados los delincuentes ‘de casa’, que tendrían motivos sobrados para sentirse agraviados, aunque en su caso la gracia llega a través del TC, donde Cándido Conde Pumpido al frente de los ‘siete magníficos’ reinterpreta la justicia conforme a la ley del embudo.
Según los datos oficiales disponibles, el PSOE cuenta con 170.000 afiliados al corriente de pago en sus cuotas, que son quienes rescataron a Sánchez después de su intento de pucherazo. La secta. De ahí a los siete millones de votantes que le auguran las encuestas dista un trecho gigantesco que escapa a mi comprensión. ¡Cuánto miedo y cuánto odio ha inculcado a la alternativa la máquina de polarización sanchista!