EL MUNDO – 07/10/16
· Si el Comité Federal decide abstenerse, los socialistas aceptarán pactos políticos con el nuevo Gobierno El presidente en funciones afirmó ayer que no pone «ninguna condición» al PSOE.
El PSOE crítico que tumbó a Pedro Sánchez y se esfuerza, con Javier Fernández al frente de la Gestora, por restañar heridas y construir una posición común para evitar las terceras elecciones, recibió ayer con alivio la entrada en escena de Mariano Rajoy sentenciando que su intención no pasa por poner condiciones a la investidura a un partido que se declara «exhausto» y «al límite» tras la batalla para salir del bloqueo que suponía el «no es no».
Los socialistas se disponen a abrir una nueva etapa que saben difícil y traumática y reclaman que no se les ponga en el camino obstáculos añadidos. Las fuentes consultadas, muy próximas a la Gestora, lamentan que se les haya intentado «agraviar» y «humillar» y piden que se deje trabajar a Rajoy y Fernández en un clima de «racionalidad».
Recuerdan que en el debate de investidura, el candidato del PP afirmó que su única petición fue que se levantara el bloqueo –«sólo pido que me dejen gobernar»–, y añaden que ahora no es aceptable que se planteen exigencias cuando no hay todavía propuestas sobre la mesa.
«Primero hay que destaponar, ir a la investidura, formar Gobierno y después habrá que negociar todo». Esta es la filosofía que defienden quienes hicieron bandera del principio de que «abstenerse no es pactar» y añadieron que «con 85 diputados no se puede gobernar».
El PSOE está por tanto abierto al diálogo, a la negociación, e incluso al pacto con consenso. Argumentan que el resultado de las urnas así lo exige. «Nadie está en disposición de poner condiciones», sentencian.
En Moncloa coinciden en el fondo de este argumento. Rajoy, explican en su entorno, dio orden estricta al partido de no interferir en el debate del PSOE. Pidió contención y que se mantuviera por encima de todo el mensaje de que hay que evitar por todos los medios las terceras elecciones. Y también ellos insisten: «Esto lo cerrarán Javier Fernández y Mariano Rajoy». Recuerdan de paso que el presidente en funciones se ha mantenido fiel a este planteamiento: «Ha sido exquisito ante sus problemas y siempre se ha negado a hablar con nadie que no fuera el líder. Cuando lo era Sánchez, ése era su único interlocutor, y ahora que es Fernández, será a él y sólo a él a quien se dirija».
También en el escenario de La Moncloa afirman que es «evidente que habrá que negociar todos los días». «Las urnas imponen la cultura de pacto», afirman. Y añaden que Rajoy ha optado por zanjar el debate sobre las condiciones de gobernabilidad al comprobar que «entre unos y otros se estaba envenenando».
El líder del PP siempre ha mantenido la necesidad de que el Gobierno cuente con un margen de actuación, de lo contrario la incertidumbre y la parálisis seguirían marcando la vida del país. El primer objetivo, una vez se consiga la investidura, será sacar adelante unos presupuestos que cumplan los compromisos con Bruselas. Para lograrlo, Rajoy da por hecho que habrá que negociar hasta la extenuación, con unos y con otros. También, por supuesto, con el PSOE, cuya abstención bastaría. El camino más fácil pasaría por lograr que los socialistas no presentaran una enmienda a la totalidad de las cuentas, aunque sí una avalancha de enmiendas parciales, muchas de las cuales –a diferencia de cuando impera una mayoría absoluta– tendrían que ser acordadas.
«Para los presupuestos», afirmó ayer, «si hubiera una abstención sería suficiente porque lo que se necesita es más votos a favor que en contra. Yo creo que ahora lo urgente es formar Gobierno y luego ya hablaremos de todo lo demás (…) Lo razonable y lo sensato es que haya un Gobierno y aquí no se trata de ponerle exigencias ni a unos ni a otros. Se trata de construir y que España entre en una etapa de normalidad».
En paralelo, desde el PSOE se insistía en un mensaje similar: «Tendremos que hablar de presupuestos y de todo. Toca negociar y negociar. Y eso, además, será lo mejor para España». El propio Javier Fernández apuntaba en esta dirección en una entrevista en La Sexta: «El PSOE podrá consentir o no la investidura, pero en ningún caso le va a proporcionar estabilidad al PP. Tendrán que ganársela (…). Tendrán que buscar esa gobernabilidad y estabilidad día a día y con los grupos».
«Lo primero», recalcan voces cercanas al presidente de la Gestora, «hay que quitar el tapón y permitir que se gobierne. Luego, no pactaremos con el PP, sino que negociaremos con el Gobierno, como se hace en todos los regímenes parlamentarios». Y puntualizan que igual que no era sensato anticipar un no rotundo a los presupuestos sin que estos se hubieran puesto sobre la mesa, tampoco lo es garantizar su aprobación cuando aún no se conocen.
En la nueva filosofía que pretende enhebrar el PSOE resulta esencial construir un relato que «marque las diferencias con Podemos». «Tenemos que dejar que se queden solos en el no, no y no», explican.
EL MUNDO – 07/10/16