EL CONFIDENCIAL 08/04/16
· El PSOE insiste en que la «única» vía que queda es la de un proyecto que aglutine a los dos emergentes, pero no se cierra por completo a hablar con Iglesias si Rivera abandona la mesa
Un juego de equibrismos y de ilusión. El camino hacia las nuevas elecciones generales del 26 de junio está cada vez más abonado, pero los socialistas no quieren que se cercenen abruptamente todas las posibilidades de acuerdo, que se perciba que ya no hay más remedio que conducir al país a las urnas, que se vea que se acabó. Su única alternativa es alimentar la llama del optimismo, cada vez más agrietado, hasta el último día. Por eso intentan no cerrar más puertas de la cuenta. Ni siquiera está totalmente fuera de guion una importante: el diálogo solo con Podemos en caso de que Ciudadanos se levante de la mesa de negociación, una alternativa cada vez más probable después de su desapasionada y negativa valoración del primer encuentro entre las tres formaciones.
Fueron casi dos horas y media de reunión a tres bandas -y 18 dirigentes- en la sala Lázaro Dou del Congreso. Los socialistas habían calentado en las horas previas el «optimismo» combinado con «realismo», pese a que los prolegómenos se habían dado mal, con reproches cruzados -y hasta personales- entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. Estaban seguros de que podría haber una siguiente cita, que se fijaría un calendario y una metodología, que se podría seguir avanzando. Pero esas expectativas decayeron en cuanto el vicesecretario general naranja, José Manuel Villegas, pintó un panorama negro, desolador. Con las medidas recogidas en el documento que Podemos entregó al comienzo de la ‘cumbre’ multilateral [aquí en PDF] es «imposible e inviable» un pacto de gobierno. «La perspectiva es que no haya acuerdo», señaló sin ambages. Fracaso a la primera de un hito ansiado por Ferraz para dar el salto clave hacia La Moncloa.
La formación morada no valoró la reunión, a la espera de poner en común las conclusiones, este viernes, con En Comú Podem y En Marea. El portavoz socialista, Antonio Hernando, fue entonces el encargado de hacer malabares y aparcar la lectura negativa. La alianza a tres es «muy difícil» pero todavía «posible», y el PSOE se compromete a seguir explorándola «hasta la última gota de sudor» que le quede. No se atrevió a repetir el vaticinio que hiciera Sánchez tras su entrevista con Pablo Iglesias de hace una semana -«estamos más cerca del Gobierno de cambio que de repetir elecciones»- e intentó suavizar su triunfalismo.
«Lo que vayan a hacer otras fuerzas tendrán que decirlo ellas. Nosotros vamos a seguir trabajando (…), hablando con unos y con otros»
Los periodistas le preguntaron en varias ocasiones qué ocurriría si Ciudadanos diera por «concluidas las negociaciones», si se levantara de la mesa. ¿Ello «arrastraría también al PSOE» o estaría «dispuesto a quedarse a negociar solo con Podemos»? El dirigente no descartó expresamente nada. «Lo que vayan a hacer otras fuerzas tendrán que decirlo ellas. Nosotros vamos a seguir trabajando. Creemos que un proyecto a 199 diputados, que una a Podemos, C’s y PSOE, es la única oportunidad para este país». ¿Pero negociará en ese caso el PSOE solo con la formación morada?, se le insistió. «Vamos a seguir siendo coherentes, vamos a seguir negociando como hasta ahora, hablando con unos y con otros«. ¿Y contempla otra vía que no sea la del voto favorable de los dos emergentes? «Trabajamos por la vía del 199 porque es la única posibilidad».
«Máximo esfuerzo»
¿Por qué ese juego? En los días siguientes se irá visualizando con más claridad la estrategia del tramo final de las conversaciones, pero los socialistas han ido dejando muy claro que ellos en ningún caso se levantarán de la mesa. Su obsesión es no aparecer como los culpables de la repetición de las generales, que enlaza con la percepción que tienen de que la ciudadanía ha ido premiando el esfuerzo negociador de Sánchez y su posición central en el tablero. Este viernes, el secretario general despachará con su comisión a las 11 de la mañana para perfilar los siguientes pasos, el último estirón.
Hernando proclamó que el pacto con C’s sigue «vigente«, que ni mucho menos ha muerto -como expusieron los morados-, que el PSOE no lo va a «romper» porque es una formación «seria», y que el texto es susceptible de ser enriquecido con las aportaciones de Podemos. De hecho, la primera tarea que se marca la dirección socialista es mantener contactos telefónicos a lo largo del día de hoy con sus dos interlocutores con la intención de que se citen de nuevo para la próxima semana y estudiar durante el fin de semana la propuesta entregada por Iglesias en la reunión para ver qué medidas comprendidas en ella pueden ser asumidas.
Hernando proclama que el acuerdo con C’s sigue «vigente» y el PSOE no lo romperá. Promete estudiar «en serio» el documento entregado por Iglesias
El portavoz prometió que no se hará una lectura somera, sino que se examinará «en serio». «Vamos a hacer el máximo esfuerzo y vamos a estirar nuestra mano al máximo para ese acuerdo«, proclamó. El problema está en que ese documento contiene todavía la propuesta de Gobierno a la valenciana -con la posibilidad de que algunos de sus integrantes sean «independientes de consenso»-, el aumento de gasto público de 62.000 millones de euros en la legislatura, y el derecho a decidir, que Hernando reiteró que jamás aceptará el PSOE.
Durante la cita a tres, no se entró en «contenidos» ni en «cesiones«. Y eso que realmente quedan dos semanas para que las cartas queden definitivamente boca arriba. Así que el recorrido que queda por delante, si es que hubiera alguna posibilidad, es igual de largo y el tiempo, menor. Hernando recalcó que el objetivo prioritario debe ser evitar el 26-J. Porque sería un «fracaso» y no es lo que quiere, a su juicio, la ciudadanía, sino lo que «quiere Mariano Rajoy». Precisamente el PP piensa que los socialistas están manteniendo el «teatrillo» artificialmente y «zascandileando» para «mendigar apoyos».