La posibilidad de que los militantes socialistas catalanes puedan votar en las primarias para elegir al próximo secretario general del PSOE parece despejada a falta de la concreción de la propuesta de Ferraz.
El PSOE permitirá votar a los militantes del PSC, pero antes quiere que se inscriban en un registro previo para que la dirección federal tenga constancia de quiénes y cuántos son, ya que el PSOE no tiene acceso al censo del PSC. Esa podría ser la solución de consenso a la que lleguen hoy ambas partes para no expulsar a los socialistas catalanes de las primarias, como primero se planteó desde la dirección socialista.
La dirección del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) lo considera «asumible» y entiende que «obedece a la lógica de que somos dos partidos distintos».
La comisión bilateral que componen tres miembros del PSOE –Mario Jiménez, Elena Valenciano y Francisco Fuertes– y tres del PSC –Salvador Illa, Meritxell Batet y Antonio Balmón– se reunirá a las 16.00 horas de hoy en Ferraz.
El PSC pedirá que la inscripción en ese registro se haga en condiciones «razonables», tanto en plazos, como en su constitución. Si el registro se convirtiera en «un impedimento para que la gente vote», el PSC no la aceptará, como explicaron ayer a EL MUNDO fuentes de la dirección del partido catalán.
Algunos dirigentes críticos con la Gestora rechazaron ayer la implantación del registro previo, que comparan con «el voto rogado» de los españoles residentes en el extranjero. Portavoces de varias plataformas críticas exigieron ayer que los catalanes voten «con todas las garantías».
Al margen del voto en primarias, fuentes de ambas partes reconocen que el «tema más difícil» que puede plantearse hoy en la reunión es la pretensión del PSOE de intervenir en los pactos postelectorales del PSC en las elecciones autonómicas y municipales. El PSOE argumenta que los pactos a los que puede llegar el PSC afecta a los socialistas de toda España, como ocurrió con el tripartito con ERC e ICV. De hecho, los socialistas catalanes pueden opinar y votar sobre los pactos del PSOE en Extremadura en el Comité Federal, pero los socialistas de toda España hoy no pueden ni siquiera hablar de los que alcance el PSC. «Esa es la asimetría con la que tenemos que acabar», explicaron a este diario fuentes de la dirección socialista.
Ferraz quiere establecer mecanismos de información, diálogo e intervención en la política de alianzas –quizá una comisión bilateral permanente–, aunque la decisión última la tome siempre el PSC.
De hecho, los Estatutos del PSC fijan que el Consejo Nacional de este partido es soberano en política de alianzas.
La Gestora se reunió ayer y aprobó las bases políticas para la ponencia marco del 39º Congreso Federal, un documento de 11 páginas sobre el que trabajarán los dos grupos de expertos que elaborarán la ponencia política y la económica del partido.
Como explicó el portavoz del PSOE, Mario Jiménez, el Partido Socialista quiere «redefinir su proyecto político» para ser «una alternativa a la derecha» y a «la involución» que representa el PP y también «al populismo destructivo que pretende debilitar nuestro sistema político» de Podemos.
En el documento citado, el PSOE apuesta por «reconquistar el espacio de centralidad» de la vida política española.
«Tenemos esa doble amenaza ante la que el PSOE quiere ser alternativa: el inmovilismo del PP y la agresión a la base de nuestro sistema democrático que representa Podemos y el populismo», aseguró ayer rotundo el también portavoz de Susana Díaz en el Parlamento de Andalucía.