RAMÓN PÉREZ-MAURA-EL DEBATE
  • Hoy sabemos que el PSOE ha abandonado el constitucionalismo con sus actos. Por eso fue tan importante el discurso del Rey en la Nochebuena. Quien quiera entender, que entienda
Lo que hoy les quiero decir al borde del fin de año, no requiere un artículo muy largo. Se puede resumir en unas pocas líneas. Lo que ayer ocurrió en Pamplona es de una extremada gravedad, no solo para Pamplona y Navarra, sino para toda España. Estamos tan acostumbrados a las mentiras de Sánchez que ya casi ni lo tenemos en cuenta. Lo he dicho muchas veces. Una de las herencias más graves de Sánchez para la política española es que ha convertido a la mentira en un instrumento válido en el debate político.
El que no pactarían con Bildu y que se podía repetir 5 o 20 veces se vio que era falso cuando se reunieron en Madrid y Sánchez recibió el apoyo de Bildu para ser presidente del Gobierno. Nunca nos dieron un listado de puntos acordados. Pero supongo que Sánchez podría haber dicho «legítimamente» que si Bildu quería apoyar su candidatura él tampoco se iba a oponer y renunciar a la Presidencia del Gobierno. Él podría haber aceptado el voto sin dar nada a cambio. Y creo que nadie dudaría que Bildu prefería a Sánchez en Moncloa mucho antes que a Núñez Feijóo. Estoy seguro de que esto no hubiese ocurrido en los días en que Felipe González era presidente del Gobierno y Barrionuevo o Corcuera ocupaban Interior. Pero éste es el PSOE del momento presente.
El gran cambio, la inmensa voltereta que ha pegado el PSOE de Sánchez se concretó ayer. Insisto: la enorme diferencia entre lo que ha ocurrido en Pamplona y la elección de Pedro Sánchez es que en la votación del Congreso Sánchez podría argüir –más falso que judas– que ellos le votaron sin él ofrecer nada a cambio. Cuando se miente por sistema y se acepta la mentira, ése podía ser un argumento válido. Pero la elección de Joseba Asiron como alcalde de Pamplona se logró gracias al voto del PSOE que, una vez más rompe con los constitucionalistas y da la capital del Viejo Reyno a los herederos de ETA que no han condenado los asesinatos de la banda en Navarra ni en ningún otro sitio.
Tras las elecciones de 2015 Asirón también fue alcalde de Pamplona tras un pacto de investidura cuatripartito con Geroa Bai, Aranzadi e Izquierda-Ezkerra. Es decir, los independentistas tenían mayoría suficiente para otorgarle la alcaldía. Asirón obtuvo 14 votos, el candidato de UPN, Enrique Maya, logró 10 apoyos, y la socialista Maite Esporrín consiguió 3. El voto de los socialistas no era decisivo entonces en ninguna dirección. Y en 2019, Enrique Maya que había precedido a Asirón le sucedió como alcalde. Pero lo relevante es que los socialistas nunca abandonaron el constitucionalismo.
Hoy sabemos que el PSOE ha abandonado el constitucionalismo con sus actos. Por eso fue tan importante el discurso del Rey en la Nochebuena. Quien quiera entender, que entienda.