EL MUNDO 04/02/16
· José Enrique Serrano, asesor de Pedro Sánchez, sondeó al jefe de gabinete de Rajoy para saber si toleraría un gobierno con C’s y éste se negó
El líder del PSOE, Pedro Sánchez, empezó ayer a trabajar para formar Gobierno y se vio con los líderes de cuatro partidos (Coalición Canaria, Nueva Canarias, IU y Compromís). Estos encuentros seguirán hoy con Albert Rivera y mañana con Pablo Iglesias. El dirigente socialista contempla todos los escenarios, aunque aún no se decanta por ninguno. De cómo se desarrolle la segunda ronda de contactos la próxima semana se inclinará hacia unos u otros.
El candidato a presidente respondió ayer a este diario que «no se plantea» formar Gobierno con la abstención del PP. Sin embargo, como ha podido saber EL MUNDO, el PSOE ya se reunió con el PP y le sondeó sobre una posible abstención en la investidura de Pedro Sánchez. Los populares dijeron no.
Es sólo una posibilidad, quizá la última, de las que baraja la dirección federal del PSOE. Pero la investidura de Pedro Sánchez con el voto de Ciudadanos y la abstención del PP es una opción que ven con buenos ojos importantes dirigentes del partido, entre ellos varios históricos.
El pasado 21 de enero, uno de los miembros de la comisión negociadora del PSOE, José Enrique Serrano, cenó con el jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, Jorge Moragas. Ambos son viejos conocidos y mantienen una buena relación. De hecho, los dos han ocupado el mismo puesto en Moncloa. El socialista fue jefe de Gabinete tanto de González como de Rodríguez Zapatero después.
En aquel encuentro, Serrano y Moragas hablaron de todo, según fuentes conocedoras de esta cita reservada. Moragas le adelantó que Rajoy no quería presentarse a la investidura, aunque no descartaba ninguna opción. Y le sondeó para saber si cabía la posibilidad de que el PSOE se abstuviera en la investidura de Rajoy a cambio de una batería de reformas pactadas. El dirigente socialista le respondió que la posición del PSOE era clara y que se había aprobado en el Comité Federal: no a Rajoy y no al PP.
Posteriormente, fue Serrano el que le planteó la posibilidad de que fuera el PP el que se abstuviera en la votación de Pedro Sánchez como presidente. Esto sólo sería imprescindible si Podemos rechazara investir a Sánchez con su abstención o su voto a favor, ya que los socialistas rechazan un Gobierno de coalición. Fuentes conocedoras del encuentro explican que Moragas también descartó la abstención del PP.
Sánchez prefiere no contar con ese apoyo, que algunos en su partido consideran envenenado. Aun así y en último caso, el PSOE sabe que Ciudadanos podría intentar convencer a los populares para que den ese paso «por la estabilidad de España».
Como explicó ayer Sánchez en rueda de prensa, él ni siquiera «se plantea» la abstención del PP. «Son bastante claros en su posición», puntualizó para asegurar que el PP ya se ha mostrado contrario a esta opción.
El secretario general avanzó que llamará la próxima semana a Rajoy para reunirse con él. También convocará a los portavoces de las dos formaciones independentistas catalanas, Democràcia i Llibertat (DiL) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). En ese caso, explicó, se sentará con ellos para decirles que no comparte su hoja de ruta; «con la Constitución y la ley, podremos hablar», aseguró. El PSOE mantiene que en ningún caso buscará ni su voto ni su abstención.
Pedro Sánchez no esperó ayer ni un día tras el encargo del Rey Felipe VI de formar Gobierno y comenzó su carrera para conseguir un acuerdo que le haga presidente.
El camino parece difícil y plagado de trampas. Pero él mismo y todos en su entorno aseguran que está fuerte y pletórico de energía para conseguirlo. «Esto empieza bien», resumió ayer ante los periodistas después de las cuatro reuniones que mantuvo en busca de apoyos.
Sánchez rompió ayer el hielo con los líderes de Coalición Canaria (Ana Oramas), Nueva Canarias (Pedro Quevedo), Izquierda Unida (Cayo Lara y Alberto Garzón) y Compromís (Mònica Oltra y Joan Baldoví). Aunque estas cuatro formaciones tienen pocos escaños en el Congreso (ocho en total), sus líderes parecieron predispuestos a apoyar su investidura como presidente. Siempre después de la próxima negociación de una serie de medidas económicas, sociales, de regeneración democrática y de reforma de la Constitución.
El secretario general del PSOE pondrá todo su empeño en conseguir un acuerdo con Ciudadanos y con Podemos, «las fuerzas del cambio», según sus palabras. Ayer, volvió a dirigirse a ellos en la reunión extraordinaria de los grupos socialistas en el Congreso, el Senado y el Parlamento Europeo: «Os pido que dejéis atrás los vetos y busquéis lo que nos une, el progreso y el cambio».
Los socialistas desconfían de Podemos. Fuentes de la comisión negociadora explicaron ayer a este diario que «la predisposición inicial de Ciudadanos parece mucho más favorable al acuerdo» y no tanto en Podemos. Sin embargo, la dirección espera que cuando las delegaciones socialista y morada se sienten, las posturas puedan acercarse para llegar a acuerdos. Al menos, para conseguir su abstención.
Ayer por la tarde, en la reunión de la Mesa del Congreso, PP y Podemos rechazaron la postura del presidente de la Cámara, Patxi López, de conceder al menos un mes a Pedro Sánchez para entablar negociaciones para lograr apoyos para ser investido.
«Ha llamado mucho la atención su posición conjunta. Incluso han coincidido en la fecha», explicaron a este diario fuentes de la dirección de Ciudadanos. Celia Villalobos, diputada del PP y vicepresidenta primera de la Mesa, sugirió el 16 de febrero como día para el pleno de investidura, petición respaldada por Podemos. Eso supondría dejar en dos semanas el plazo a Sánchez para negociar.
Se trató de una sugerencia, pues el reglamento del Congreso establece que es el presidente quien tiene la facultad de convocar el pleno de investidura. Y así lo recordó López, que contó con el respaldo de Ciudadanos. «En torno a un mes» fue el margen fijado por el presidente de la Cámara.
La teoría de la pinza PP-Podemos empieza a circular por los pasillos del Congreso. «Así que estamos a punto de asistir a una curiosa pinza PP-Podemos. La vida te da sorpresas», dijo ayer Juan Carlos Girauta, portavoz de Ciudadanos, al ser cuestionado sobre si estas formaciones estaban pensado más en sus intereses -unas nuevas elecciones- que en firmar acuerdos de gobierno.
Expertos consultados por este diario señalan que unos nuevos comicios beneficiarían a estos dos partidos porque «los votos se radicalizarían».
Desde Ciudadanos consideran que en los próximos días se dilucidará «a qué juegan PP y Podemos; si están por buscar consensos y acuerdos que permitan arrancar la legislatura y construyan un Gobierno estable, o maniobran para entorpecer el proceso y buscar nuevas elecciones». Fuentes parlamentarias recuerdan a este diario «la buena sintonía» que mostraron Rajoy e Iglesias ya en la campaña electoral y aquel «vais muy bien» del candidato del PP al de Podemos el Día de la Constitución.
Consciente de la posibilidad de esa «pinza», Girauta mandó ayer varios recados a los populares. «Pensamos que el PP se sentará a negociar por su sentido de Estado, por su seriedad. Si a la vista de una hoja de ruta reformista para un Gobierno de transición que evita que en España gobierne el PSOE junto a una fuerza rupturista [en referencia a Podemos] y antieuropeísta y con apoyo de los separatistas, alguien pone por delante su nombre [en alusión a Rajoy], que lo juzgue el pueblo y la historia», reflexionó tras una reunión del Grupo Parlamentario de Ciudadanos.