EL MUNDO – 23/05/16
· Sánchez reúne a todo el partido para llamar al voto útil frente a la amenaza de Unidos Podemos.
El PSOE arrancó ayer a lo grande su precampaña más difícil. Con un gran acto en la Fundación ONCE de Madrid al que asistieron más de 3.000 personas y numerosos referentes actuales e históricos del partido, el PSOE trató de ahuyentar los demonios que hacen pronosticar a algunos el peor resultado de su historia el próximo 26 de junio.
Pedro Sánchez es líder y candidato de una formación rota. Fracturada entre los defensores del secretario general y sus detractores. Los socialistas, además, comienzan la carrera electoral con las encuestas en contra, como ya ocurrió en la campaña de las elecciones del 20 de diciembre. Algunos sondeos pronostican que Unidos Podemos supera al PSOE, el temido sorpasso.
Para conjurar ambos males –la división interna y la fractura del voto de izquierdas–, la dirección socialista convocó ayer a todo el PSOE, presente y futuro, a todos sus barones, presidentes autonómicos, alcaldes, ex presidentes y ex secretarios generales a un gran acto en Madrid que fue un éxito de asistencia.
Sólo faltaron Felipe González –que está de viaje y envió un mensaje en vídeo– y el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que no pudo asistir por un cambio en la dirección del viento que afectó al incendio de Seseña.
Contra las encuestas y para evitar el sorpasso de Unidos Podemos, Sánchez insistió en diferentes versiones de su mensaje único para la campaña: «Si el PSOE no gana, no habrá cambio en España» porque «sólo una papeleta garantiza el cambio, un cambio sin intermediarios», la del Partido Socialista.
Fuentes de la dirección del PSOE argumentan que, un mes antes de los comicios del 20-D, las mismas encuestas aseguraron que Ciudadanos superaba a los socialistas. Finalmente, el PSOE sacó 50 escaños a los de Albert Rivera. Como explicó un dirigente histórico del partido a este diario, estamos viviendo el momento en el que el reciente efecto de la coalición Podemos-IU tira hacia arriba de sus expectativas. «Habrá que esperar para saber si ese efecto es temporal o si se consolida».
Sánchez se comprometió ayer a formar en una semana –si el PSOE gana las elecciones– un Ejecutivo «social y limpio». Y añadió un mensaje claramente dirigido a Podemos: «Desde el Gobierno, seré generoso, lo que no han sido conmigo».
El recinto de la ONCE se abarrotó con unas 1.600 personas. En el exterior se quedaron sin poder entrar al menos otras 1.000, según la organización, muchas procedentes de fuera de Madrid y que llegaron en más de 40 autocares.
Sánchez no citó por su nombre a Podemos, pero le lanzó varios mensajes. Así, vaticinó que el partido de Pablo Iglesias «va a pagar en las urnas» haber sido el causante del bloqueo tras el 20 de diciembre porque los ciudadanos saben «quiénes trabajamos por el cambio y quiénes bloquean el cambio».
El candidato admitió que el cambio no es «patrimonio exclusivo» del PSOE, pero añadió que cuantas más personas se sientan identificadas con su partido, «más poderoso» será ese cambio. «Si no gana el PSOE, en España no habrá cambio tras el próximo 26 de junio», concluyó.
El secretario general socialista relató que el pasado 20-D hubo quien le dijo que no le había votado a él, pero que había apoyado a alguien que le haría presidente, en referencia a Pablo Iglesias. Ahora, planteó Sánchez, ya está claro que «el cambio no tiene intermediarios, el cambio es decir sí a la papeleta del PSOE».
«Vamos a decir sí al cambio y no a Rajoy», aseveró. Por eso, insistió, «el PSOE sale a ganar las elecciones».
Sánchez presenta al PSOE como la única opción que emerge entre «el inmovilismo» (del PP) y «la intransigencia» (de Podemos). Y planteó que no espera que nadie le vote «por miedo» o «por rencor», sino «con ilusión de hacer este país mejor».
En su discurso, Sánchez acusó también a Mariano Rajoy de agitar la polémica de las esteladas en la final de la Copa del Rey «para no hablar del multazo» que nos va a imponer Bruselas. Un multazo, añadió, «que le vamos a hacer pagar los españoles el próximo 26 de junio».
Los socialistas prepararon un acto que fuera una demostración de fuerza y unidad. Zapatero, Susana Díaz, Rubalcaba y todos los presidentes menos García-Page apoyaron al candidato desde la primera fila. Y protagonizaron de uno en uno una serie de vídeos en los que reivindicaron el voto al PSOE como el único voto del cambio. Hasta Eduardo Madina, el ex diputado vasco que disputó el liderazgo a Sánchez en 2014, asistió al pabellón del distrito de Chamartín.
En el primer vídeo, los casi 3.000 asistentes pudieron escuchar parte del discurso de investidura de Felipe González en 1982, cuando reivindicó que los españoles habían votado entonces «por el cambio».
El acto de ayer tuvo mucho de autoafirmación en un momento de debilidad: del partido, de sus políticas y de los líderes que han hecho que el PSOE sea siempre la primera o la segunda formación para los españoles. Y la única alternativa al PP.
EL MUNDO – 23/05/16