Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 5/2/12
Dos simples datos pueden dar cuenta de la terrible crisis interna que atraviesa el Partido Socialista. Anteayer, primer día de su XXXVIII Congreso Federal, la gestión de Rodríguez Zapatero durante el cuatrienio 2008-2011 fue aprobada por el voto afirmativo del 91 % de los delegados que votaron. Un resultado a la búlgara para premiar la delirante trayectoria de un hombre que, además de haber dejado a su país en la peor situación económica que se recuerda en las tres últimas décadas, ha llevado a su partido a la más dura debacle de su reciente historia democrática. Muy mal tienen que estar las cosas dentro del PSOE para que el espíritu crítico de quienes representan a su militancia haya desaparecido casi por completo.
Ayer, un día después de esa bochornosa votación, los delegados se vieron forzados a escoger entre dos de los ministros que acompañaron a Zapatero en su alocado viaje hacia el abismo. Por un lado, Rubalcaba, que como candidato socialista a la presidencia del Gobierno, recogía personalmente hace dos meses el tremendo castigo del cuerpo electoral. Por otro, Chacón, que conseguía entonces la hazaña de que el PSC perdiera por primera vez en Cataluña, desde 1977, en unas elecciones generales. Era elegir entre Guatemala y Guatepeor y los delegados han elegido Guatemala, por la mínima.
De hecho, lo mejor que tiene que haya ganado Rubalcaba es que ha impedido que lo haga Carme Chacón, lo que hubiera supuesto, en realidad, que se hubiese alzado con la Secretaria General de uno de los dos grandes partidos españoles la más pura y viva reencarnación de Zapatero. Y es que en todo se parecen el mentor y su pupila: en su perfil laboral, es decir, no laboral, pues ni uno ni la otra han ejercido nunca, fuera de la política, una verdadera profesión; en su inanidad ideológica y en su monumental oportunismo, que permitió a Zapatero pasar de hacer el peor populismo de izquierdas a hacer el más duro populismo de derechas y a Chacón transitar de la defensa de un Estatuto de Cataluña que aprobado en su redacción original hubiera supuesto el fin de España a proclamar, este sábado, que pondría el interés de España por encima de cualquier otra consideración; y, en fin, en su falta de preparación, que pone de relieve la trágica situación del liderazgo en el PSOE, entregado de pies y manos a dirigentes de una ínfima categoría que lo han conducido a un desalojo del poder sin precedentes.
Victoria por 22 votos, un síntoma
Pese a haber ganado tan solo por 22 votos -lo que constituye, en sí mismo, un síntoma de en manos de quién está hoy el Partido Socialista-, Rubalcaba es, desde luego, un dirigente que supera a Chacón muy de largo en capacidad y calidad. Pero, tras una clamorosa derrota electoral, y tras haber formado parte esencial del Gobierno que condujo a esa derrota, Rubalcaba no puede ser el líder del futuro. Podría ser, eso sí, si no lo ciega la ambición personal, el hombre que conduzca al PSOE a una renovación que necesita como el aire: de sus formas, su liderazgo y su programa.
Tal posibilidad era con Chacón pura filfa y mero márketing político. De que no lo sea con el nuevo Secretario General dependerá el futuro de un partido que ha sido y debería seguir siendo una pieza esencial de nuestro engranaje democrático.
Roberto Blanco Valdés, LA VOZ DE GALICIA, 5/2/12