Editorial, EL MUNDO, 17/10/11
HOY HACE veinte años, el 17 de octubre de 1991, María Jesús González y su hija Irene Villa, e 13 años, se dirigían al colegio y un coche bomba les cambió la vida para siempre. La madre –que era funcionaria de la Policía Nacional– sufrió la amputación de una pierna y una mano. La hija perdió las dos piernas. Las explícitas fotos de las víctimas de aquel salvaje atentado en Madrid conmocionaron y horrorizaron a la sociedad española. Hoy madre e hija siguen esperando justicia, ya que los autores del atentado no han podido ser identificados ni juzgados. Sin embargo, lo que María Jesús e Irene se van a encontrar hoy es una llamada Conferencia Internacional de Paz, en la que la banda y su brazo político van a ser arropados por algunos líderes extranjeros –encabezados por el jubilado Kofi Annan–, por los nacionalistas y por el PSOE.
La fecha añade crueldad a la ignominiosa decisión del PSOE de participar en una convocatoria que busca hacer borrón y cuenta nueva sobre la actividad criminal de ETA. Las dos mujeres expresan su indignación «por el regalito» con una frase estremecedora: «Seguro que no se acuerdan de lo que nos hicieron». La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, lo expresa de otra forma, aunque con igual claridad: «tras el trampantojo caro y mediático de la conferencia se oculta la estrategia de la eliminación de la responsabilidad de ETA y su entorno». Los socialistas vascos enviarán a la conferencia una delegación del más alto nivel, con el presidente del partido y el portavoz parlamentario, a pesar de que el ministro Jáuregui aseguró ayer que el «único relato posible» sobre el fin de la violencia será el de las «víctimas del terrorismo». Lo cual contrasta por cierto con la insensibilidad de los socialistas hacia las víctimas, al no haberse dado cuenta de qué día es hoy. Es el PSOE, con su presencia en este foro, el que está contribuyendo a que el relato del final de ETA lo escriba la propia banda.
Bien es cierto que no es la primera vez que lo hace. En julio de 2006, cuando Zapatero se embarcó en su proceso de paz frustrado, López y Ares se reunieron con los máximos dirigentes de una organización ilegal, Otegi y Rufi Etxeberría, en lo que los socialistas consideraron «la foto de un nuevo tiempo». Zapatero y Rubalcaba han dado el visto bueno a una conferencia que aparece como la continuación de aquel malhadado proceso, aunque en otras circunstancias. Porque lo que pretende ETA, según la documentación incautada a una de sus activistas que hoy publicamos, es que la conferencia sirva como «abrelatas» de una nueva negociación política. Es decir, una reedición de las conversaciones de Loyola en las que participaron los socialistas, el PNV y la ilegalizada Batasuna.
Con una particularidad, que el precio político será más caro porque ETA se presenta con el aval de algunas personalidades internacionales que, como bien ha dicho Esteban González Pons «no tienen ni puñetera idea» de que en el País Vasco no ha habido un conflicto ni una guerra, sino una banda criminal que ha asesinado a casi 1.000 personas.
Editorial, EL MUNDO, 17/10/11