«Sin duda, gana la opción radical» y el partido morado «se escora a la izquierda», aseguraba ayer a EL MUNDO un dirigente del PSOE andaluz. Todo constituye una oportunidad para que los socialistas sigan haciendo lo que llaman «la oposición útil» para «resolver los problemas de los ciudadanos desde las instituciones, al mismo tiempo que Podemos las abandona». Un secretario general regional que apoya a Patxi López sentenció, por su parte, que «los españoles no somos de derechas, pero tampoco somos radicales de izquierdas».
Sin embargo, y a pesar de estas señales positivas para los socialistas, buena parte de los dirigentes de Ferraz y personas afines a la actual dirección destacan que «el futuro del PSOE dependerá» de que acierten o se equivoquen ellos mismos.
Ayer, tanto partidarios de Susana Díaz como de Patxi López alertaron de que una victoria de Pedro Sánchez en las primarias del PSOE de mayo –que dan por improbable– podría situar al Partido Socialista al borde de la ruptura y destruirlo, lo que haría imposible cualquier posibilidad de recuperación a pesar del espacio que ahora les deja Podemos.
«Lo ocurrido en Podemos es un ejemplo de lo que podría pasar en el PSOE si gana Sánchez», aseguraba una persona de la confianza del candidato vasco para dirigir el partido. Por otro lado, un destacado dirigente del partido en Andalucía señalaba que si gana Sánchez, los socialistas «irán a un modelo cesarista, presidencialista y menos democrático, similar al que quiere imponer Pablo Iglesias en Podemos».
Los afines a Sánchez apuntan también que el espacio del PSOE puede ampliarse gracias al viraje de Podemos a las barricadas, pero siempre y cuando no gane las primarias Susana Díaz, señalan. «En ese caso, Mariano Rajoy habría ganado tres congresos», explicó un diputado próximo al ex secretario general del PSOE, «el suyo, el de Podemos y también el congreso federal socialista».
En su opinión, la mejor aliada del PP sería Susana Díaz al escorar al PSOE a la derecha y alejarlo de la izquierda que defienden que representa Pedro Sánchez.
El Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso mantiene muy buena relación con el portavoz de Unidos Podemos, Íñigo Errejón, y su equipo. Ayer, fuentes de la dirección lamentaban su caída y auguraban que si Unidos Podemos cambia de portavoz parlamentario y renuncia a hablar con el resto de grupos en el Congreso, «se quedarán solos» y serán ellos quienes más sufrirán las consecuencias de su aislamiento.
Por su parte, el PP sabe el daño que la división interna causa a los partidos y, por eso, no se ha privado de destacar desde el viernes, cuando empezó su congreso, el enfrentamiento personal entre Iglesias y Errejón.
Ahora que hay un ganador, el enfoque de los populares sobre Podemos tampoco cambia demasiado. Para Mariano Rajoy han sido y son los radicales, los populistas y los extremistas. Daba igual quién se hubiera impuesto. El presidente de Gobierno lo repitió ayer en el discurso de clausura del cónclave popular: «Rechazamos los populismos en todas partes y los combatimos como se tiene que combatir, con las armas de la verdad, la buena gestión, la cercanía y la ejemplaridad».
Sin embargo, tras el avance de Podemos en las elecciones autonómicas y municipales de 2015 y su aterrizaje en el Congreso con un nutrido grupo parlamentario en las dos últimas elecciones generales (67 diputados esta legislatura), el PP no puede ocultar ahora la sonrisa por el terrible enfrentamiento que ha vivido el partido morado. La nueva política es igual de carnívora que la vieja, dicen. El nuevo coordinador general del PP, Fernando Martínez-Maíllo, destacó ayer el «combate a codazos» vivido en Vistalegre y lo contrapuso a la «unidad y cohesión» exhibida por su partido.
Sin entrar en más profundidades, Rajoy deseó ayer «mucha suerte a Iglesias» y Soraya Sáenz de Santamaría, le dio la «enhorabuena». «Espero que en esta nueva etapa ayuden a contribuir a la estabilidad y al buen hacer», añadió la vicepresidenta.
En cambio, el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, dijo que con Podemos «a día de hoy, poco hay que hablar». «Nosotros hablaremos con C’s y Coalición Canaria, formaciones que han asistido a nuestro congreso, y también con el PSOE», señaló, que no asistió.
El PP cree que los nuevos partidos han fracasado y se dispone a recuperar en los próximos años el terreno perdido. El primer paso, ya lo advirtió ayer la secretaria general, María Dolores de Cospedal, son las elecciones autonómicas y municipales de 2019: «Vamos a devolver a la gente los gobiernos sensatos».