EL MUNDO – 25/09/14
· En el acto de más relevancia internacional desde que asumió la Jefatura del Estado, Felipe VI ratificó ayer «el apoyo incondicional» de España a Naciones Unidas.
· Eso incluye la «responsabilidad activa» española con «los principios que», según dijo, reconocen los 193 países presentes en la Asamblea, entre los que destacó «la libertad, la justicia, la soberanía nacional, la independencia y la integridad de los estados».
Felipe VI, que fue el cuarto mandatario en tomar palabra en la sesión de apertura de la Asamblea General de Naciones Unidas, reivindicó «con orgullo y con emoción» la Transición, que describió como «esa gran obra política de los españoles, ejemplo para muchos en el mundo». Al tiempo, calificó a España como «una nación con raíces milenarias y una clara vocación universal».
En palabras de Don Felipe, el sistema que se creó en España hace tres décadas ha permitido articular «un Estado social y democrático de Derecho que ampara a todos los ciudadanos y a los distintos territorios de España en su diversidad política, geográfica, cultural y lingüística». El Rey afirmó que España «es una sociedad diversa en su cultura y en sus lenguas, capaz de superar dificultades con entereza y con sentido de la responsabilidad; y que demanda integridad y ejemplaridad como valores cívicos intrínsecos a la democracia».
Don Felipe hizo esas afirmaciones en una jornada que estuvo marcada por el duro alegato del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, contra los grupos fundamentalistas de Oriente Próximo y del norte de África, así como contra la política de Rusia en Ucrania. En el almuerzo que ayer se celebró en la ONU, Felipe VI estuvo sentado en la misma mesa que Obama, el emir de Qatar y los presidentes de Turquía, Corea del Sur, Egipto y México. La mesa que ocupaban se encontraba junto a la que presidía el evento, en la que se encontraba el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
Aunque Don Felipe no se adentró en aspectos concretos de política exterior, sí recordó que un tapiz con una reproducción del Guernica, de Pablo Picasso, flanquea la entrada a la Sala del Consejo de Seguridad, y recalcó que las violaciones de los Derechos Humanos no se circunscriben a los conflictos violentos.
«Cada niño atrapado en situaciones de crisis o de violencia, cada mujer que es vejada o limitada en sus derechos simplemente por serlo, cada enfermo que fallece por falta de medicamentos o cada anciano abandonado, también cada familia sin alimento y sin esperanza por una injusta distribución de la riqueza, o cada periodista asesinado por cumplir con su deber de informar, son otras tantas interpelaciones a nuestra conciencia y a nuestro deber, otras tantas llamadas a la acción», dijo, a lo largo de un discurso que se centró más en desafíos como el cambio climático, la lucha contra la pobreza o la actual epidemia de ébola, que en casos específicos de la actual situación mundial o en la posición de España en las grandes crisis internacionales.
Don Felipe también puso énfasis en el papel de España como «potencia cultural» y en el rol del español en el mundo. Es un punto que el jefe del Estado ya había tratado el lunes, cuando se reunió durante 27 minutos con Barack Obama en un encuentro destinado a analizar la situación política y económica mundial.
Sin embargo, la referencia a la Transición sirvió al Rey para dejar clara la posición de principio de España en las crisis internacionales. Aunque, al contrario que Obama, Felipe VI no mencionó explícitamente a grupos fundamentalistas musulmanes como el Estado Islámico (IS, según sus siglas en inglés), Boko Haram o Al Qaeda, sí dijo a la Asamblea General: «Cuenten siempre con el firme compromiso de España para promover y defender los valores democráticos en el mundo».
En el cierre de su intervención, el Rey reclamó una ONU «más unida» en una serie de ámbitos, entre ellos la lucha «contra el fanatismo, la intolerancia y la barbarie».
Esa ausencia de compromisos más allá de las posiciones irrenunciables que definen la política exterior y la identidad de un país podría deberse a la necesidad de España de buscar respaldos para lograr un puesto no permanente en el Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016.
El Rey aprovechó su presencia en la tribuna de oradores para reafirmar la candidatura a ese puesto de España, un país que ha ejercido esa posición «una vez cada década desde hace 40 años, gracias a que ustedes han confiado en nosotros. Sólo les pido que renueven esa confianza». La decisión final se conocerá en octubre.
EL MUNDO – 25/09/14