EL MUNDO 22/01/15
· Apela a «la razón» frente a «la barbarie» ante el cuerpo diplomático tras los atentados en París
El Monarca enunció ayer su primer mensaje al cuerpo diplomático acreditado en España en la que también fue su «primera oportunidad» de hablar como Rey ante todos los embajadores. En el acto, se notó la ausencia del representante de Venezuela, que fue llamado a consultas el pasado octubre por su presidente Nicolás Maduro.
Felipe VI trasladó en su intervención su «rechazo y desprecio al terrorismo, a esa violencia criminal y tan contraria a los valores más básicos del ser humano, del Derecho y la Justicia, de la democracia y la convivencia pacífica y respetuosa».
El Monarca extendió su pésame hacia «las familias y las naciones que, en el último año, han sufrido los efectos terribles y dolorosos de esa lacra inhumana: el terrorismo, cuyo fin no es otro que someter al mundo a su visión perversa y monolítica, y cuyos enemigos son las convicciones democráticas, la libertad en el ser, en el sentir, en el creer y en el querer».
En todo caso, el Rey puso el acento en la «esperanza», «frente a la barbarie y pese a la barbarie». Una esperanza basada en la fuerza implacable de la razón ejercida en libertad, en el marco del Estado de Derecho, y del respeto a la dignidad y a los derechos de las personas. Insistió en su «convicción» de que esta fuerza «se impondrá, sin ninguna duda, sobre el odio y el mal».
En una muy larga intervención, Felipe VI repasó los principales desafíos a los que se enfrenta la comunidad internacional en un escenario de globalización y de crisis económica, al tiempo que reivindicó, sin tapujos, el ejemplo de España: «Somos», dijo, «una sociedad abierta que sabe adaptarse con dinamismo a la globalización; una sociedad resistente y con un alto sentido de la justicia social que ha demostrado saber hacer frente a la crisis». «Con cinco trimestres consecutivos de crecimiento», añadió, «nuestra economía ha salido de la recesión y ha empezado a crear empleo. Todo ello son realidades positivas que están siendo posibles, en última instancia, gracias al gran esfuerzo de toda la sociedad española».
Así, el Monarca sentenció: «Gracias a su activa acción exterior, a una proyección coherente con la visión y la vocación universal de España y a la mejora de nuestros parámetros económicos, España puede hoy contribuir con más fuerza y eficacia al progreso de la comunidad internacional».