EITB tiene hoy un director general sin carnet de partido, a diferencia de todos los que le precedieron, que eran militantes del PNV. Es una paradoja que los nacionalistas acusen ahora a la televisión pública de ser un instrumento de los partidos que apoyan al Gobierno. El equipo que dirige EITB se merece ser juzgado por sus aciertos o errores, no por los prejuicios.
La noche de mañana jueves, día 24, terminará una singularidad de la televisión vasca consistente en no emitir el discurso navideño del Rey don Juan Carlos. ETB ha sido hasta el momento la única cadena pública que se ha abstenido sistemáticamente de dar en directo el mensaje del Monarca.
El nuevo director general de la radiotelevisión vasca, Alberto Surio, ha decidido adoptar un papel institucional y dar el mensaje del Rey por ETB-2, el canal que emite en castellano, rompiendo la trayectoria de los gestores del PNV que le han precedido. Los otros dos canales que emiten en euskera, ETB-1 y ETB-3, no incluirán el discurso de don Juan Carlos.
La decisión de los actuales responsables de ETB ha provocado el rechazo de los nacionalistas vascos que han alegado, básicamente, dos razones para oponerse a la transmisión del discurso real. La primera de ellas, que el mensaje de la Corona no tiene interés. El comportamiento de la televisión vasca en el pasado desmiente ese argumento: ETB se negaba a emitir el mensaje navideño, pero al día siguiente hacía un gran despliegue para recoger toda clase de reacciones de políticos sobre lo dicho por el Rey.
La principal noticia de los informativos del día 25 de la televisión vasca y la que más tiempo llenaba eran las respuestas a un discurso que a los espectadores de ETB no se les había dado oportunidad de ver. Si periodísticamente el mensaje no tenía interés, no se entiende que las valoraciones de los políticos al día siguiente fueran el principal asunto informativo del día. Y un año tras otro, ETB protagonizaba la misma incongruencia.
El segundo argumento utilizado por el PNV en contra es la afirmación de que la transmisión del mensaje real constituye un símbolo de la «imposición» de la «normalidad democrática», como si el estado natural del País Vasco fuese la «anormalidad» y fuera necesario evidenciarla con esa clase de gestos.
Buen parte de la tarea de oposición que el PNV está haciendo al gobierno de Patxi López se ha centrado en la radiotelevisión vasca por el carácter simbólico que tiene. EITB tiene en la actualidad, por primera vez en su historia, un director general profesional e independiente, sin carnet de partido, a diferencia de todos los que le precedieron en el cargo que eran militantes del PNV y en ocasiones cargos públicos de este partido. El anterior director de EITB dejó el puesto para presidir el PNV de Vizcaya y el anterior pasó de la televisión a la alcaldía de Bilbao. Con esos antecedentes, resulta una paradoja que los nacionalistas acusen ahora a la televisión pública de ser un instrumento de los dos partidos que apoyan al lehendakari Patxi López, los socialistas y los populares.
El equipo que dirige ahora EITB se merece, al menos, el beneficio de la duda y ser juzgado por sus aciertos o sus errores y no por los prejuicios de quienes le critican por el mero hecho de cambiar los esquemas de gestión que había aplicado el nacionalismo durante tantos años.
Florencio Domínguez, LA VANGUARDIA, 23/12/2009