EL CONFIDENCIAL 13/04/14
La historia se repite. El fútbol como reclamo político. El próximo miércoles, el himno español y la figura de Su Majestad el Rey volverán a ser atacados con motivo de la final de Copa. Diferentes grupos políticos, que piden la independencia de Cataluña, pretenden que los seguidores azulgrana silben y censuren los acordes del himno y la presencia del Rey Don Juan Carlos. Ya hace tres años, con mismo escenario e idénticos protagonistas, la música de viento y las protestas acallaron la carga de decibelios que la organización puso en la megafonia de Mestalla con el fin de tapar los gritos de protesta.
La plataforma Catalunya Acciò ha pedido, en un comunicado hecho público este sábado en su página web, una «pitada monumental» con el fin de reivindicar la independencia unilateral de Catalunya (DUI). Según los dirigentes del citado grupo «la Copa del Rey es el mejor escenario posible para que todo el mundo sepa y conozca el deseo del pueblo catalán de ser independiente», afirma Santiago Espot. El Rey Don Juan Carlos será testigo directo, recién llegado de un viaje oficial a Kuwait. La última presencia pública de Su Majestad fue el pasado verano en el palco del Bernabéu en el homenaje a Raúl, haciendo las veces de anfitrión del qatarí Bin Hamad, dueño del Al Sadd y amigo del monarca.
Esta vez, los pitidos volverán a sonar en Mestalla. Es necesario recordar que el Barcelona ha apoyado públicamente la consulta independentista, así como la exhibición de pancartas a su favor. Lo de los pitidos al himno y al Rey no es algo nuevo. En 2009 se empezó a utilizar la denominada ‘fiesta del fútbol’ como escaparate político. Barcelona y Athletic protagonizaron la final y las consecuencias fueron ceses y criba política por la decisión de TVE de silenciar los pitos y las escenas comprometidas. En 2011 sólo se produjo un aumento del sonido que llegó a la emisión televisiva, pero sin la aparición de imágenes ajenas a lo que realmente sucedía.
120 decibelios serán los utilizados para intentar ‘silenciar’ las protestas. En 2011 ya se intentó que los acordes del himno superarán a los silbidos, pero lo que se creó fue más confusión todavía, La mitad blanca del estadio también censuró los gritos originando más lío si cabe. El tarareo del himno contribuyó a que la protesta catalana se terminara convirtiendo en una batalla de ruido en Mestalla.
Un año más tarde, la escena se repitió en el Calderón, pero en aquella ocasión la protesta fue masiva, ya que la gran mayoría de seguidores de Athletic y Barcelona secundaron las protestas hacia el himno y el Rey. El pasado, sin el Rey en el Bernabéu, y con las aficiones de Real Madrid y Atlético en la grada, no se produjó incidente alguno.
Los 120 decibelios que atronarán en Mestalla rozarán el umbral del dolor. Es comparable al ruido de un avión rasante, por los 80 decibelios del paso de un tren, de los 100 de un concierto de rock… todo sea para que el himno español se pueda escuchar en la final de Copa, algo que empieza a ser una quimera.