- Eso me lleva a una conclusión que no puedo demostrar, pero que es de una lógica aplastante: están haciendo esta reforma judicial porque no tienen intención de ceder el poder ni aunque pierdan las elecciones
Una de las cuestiones que más nos debe preocupar sobre lo amenazada que está nuestra democracia es lo que implica el asalto que el Gobierno ha puesto en marcha contra nuestra Justicia. La única oposición efectiva que está sufriendo este Gobierno le llega de tres lugares diferentes: de los medios de comunicación no sometidos, de la Corona hasta donde le es posible, y de la Justicia. Y la que más preocupa a Sánchez es la última. Porque es contra la que no puede hacer nada si se respeta la independencia judicial. Algo que él no tiene la más mínima intención de hacer.
Sabiendo lo que le puede pasar con una Justicia que no puede controlar, se entiende que quiera tomarla al asalto. Pero ¿qué lógica tendría eso si un buen día pierden el Gobierno y llega otro partido? A ese partido se le habrá dado el control de la Justicia. Y lo habrá hecho el propio PSOE con lo que no hay derecho de protesta. Eso me lleva a una conclusión que no puedo demostrar, pero que es de una lógica aplastante: están haciendo esta reforma judicial porque no tienen intención de ceder el poder ni aunque pierdan las elecciones.
No hay nadie con media neurona a quien se le pueda ocurrir romper el equilibrio entre el poder judicial y el poder ejecutivo. Porque tú también necesitas acogerte al arbitrio judicial cuando estés en la oposición y otro Gobierno intente aplicar unas medidas propias de una autocracia, como las que estamos viviendo hoy. Y como en el sanchismo tienen muchos defectos, pero entre ellos no se cuenta el de ser tontos, la única razón que en mi entender justifica que intenten tomar el control del poder judicial es porque no piensan dejar el poder nunca. Ni aun perdiendo las elecciones. Y si controlan el poder judicial, también controlarán la Junta Electoral Central.
Nada les va a parar. Al menos nada desde dentro de España.
Esto es tan evidente, que no creo que sea necesario explicarlo más.