EL MUNDO – 31/10/15
· La hoja de ruta exprés hacia la «república catalana» pactada entre Junts pel Sí y la CUP ha dividido al Ejecutivo de Artur Mas.
El sector moderado recela del acuerdo y plantea nuevas elecciones después de no haber logrado pactar su investidura con el partido antisistema. Mientras, los más afines al president ratifican la estrategia de Convergència en la Cámara catalana.
El domingo por la noche, pocas horas antes de que la nueva presidenta del Parlament, Carme Forcadell, lanzara el «¡viva la república catalana!» en su discurso inaugural y abriera la polémica en el seno del Govern, el comité de dirección de CDC se citó de forma extraordinaria para debatir el borrador de acuerdo con la CUP. Presidida por Artur Mas, en la reunión también estaban, entre otros, la actual consejera de Gobernación, Meritxell Borràs, y el responsable del Departamento de Presidencia en funciones, Francesc Homs.
La cita sirvió para ratificar por «unanimidad» el borrador de la hoja de ruta hacia la «república catalana» que Junts pel Sí y la CUP presentaron dos días después en el Parlament. Un apoyo, el de CDC, que ayer utilizó el coordinador general del partido, Josep Rull, para salir al paso de la división que han provocado los últimos movimientos en el seno del Govern.
El martes, en la reunión semanal que organiza el Ejecutivo catalán, la mitad del equipo de Gobierno de Mas discrepó de la estrategia del president de pactar una resolución con el partido antisistema sin asegurarse su reelección en el primer pleno de investidura, que debe celebrarse el próximo 9 de noviembre. Según publicó ayer La Vanguardia, hasta media docena de miembros del Gobierno de CDC reprochó el acuerdo de Junts pel Sí con la CUP, una formación muy alejada de la tradición y los ideales convergentes, con un sector conservador que da la espalda a Mas por fiar su cargo al partido antisistema. De hecho, fuentes conocedoras de la reunión confirmaron a este diario que la discusión entre los consejeros se escuchaba desde los pasillos del Palau de la Generalitat.
La solución que plantea ahora el sector moderado es convocar unos nuevos comicios para el mes de marzo. Ayer mismo, el titular de Territorio, Santi Vila, advirtió de que «sin Mas como presidente no habrá más alternativa que concurrir a elecciones». «Soy consciente de que hay una negociación muy frágil y delicada», aseguró sobre si él se muestra crítico con la resolución parlamentaria de JxSí-CUP para abrir el camino a la independencia, un texto que pidió que «se mejore» y «se enriquezca» porque «todavía no es definitivamente firme».
«Es muy importante que la investidura del presidente vaya adelante porque el país sufre cuando hay un Gobierno en funciones que, en definitiva, no tiene suficiente poder para tomar decisiones importantes», aseguró Vila, uno de los críticos junto a Andreu Mas-Colell (Economía), Jordi Jané (Interior), Felip Puig (Empresa) e Irene Rigau (Educación).
El propio Puig, ex titular de Interior y enfrentado con la CUP por varios altercados en manifestaciones y protestas, cargó hace unos días contra un eventual pacto entre Junts pel Sí y la formación antisistema y pidió fijar «líneas rojas» en la negociación ante las «incompatibilidades» en el modelo económico de ambas formaciones.
EL MUNDO – 31/10/15