LIBERTAD DIGITAL 08/11/16
· Las entidades «cívicas» del proceso preparan una gran manifestación para el 13-N en la Feria de Barcelona.
La «Assemblea Nacional Catalana» (ANC), Òmnium Cultural y la Associació de Municipis per la Independència (AMI) quieren mostrar su rechazo a las últimas decisiones judiciales con un acto de masas en entre la plaza de España de Barcelona y las fuentes de Montjuich, a la entrada de la Feria de Barcelona. La cita es el próximo domingo, 13-N, dos y años y cuatro días después del referéndum ilegal del 9-N y nueve días después de la conducción al juzgado de Berga de la alcaldesa, Montserrat Venturós, de la CUP.
La formación antisistema ha obligado a las entidades civiles del separatismo a promover un golpe de autoridad en las calles. Están en juego los presupuestos autonómicos y la continuidad de la legislatura. La ANC había anunciado una «respuesta» para cuando Artur Mas se sentara en el banquillo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) junto a Joana Ortega e Irene Rigau, pero la «detención» de Venturós por parte de una pareja de los Mossos d’Esquadra ha descuadrado el calendario del taburete civil del separatismo.
La CUP ha vendido el asunto de la alcaldesa de Berga como un episodio negro de violencia policial. Venturós fue despertada a las siete y media de la mañana por una pareja de «mossos» de paisano en cumplimiento de una requisitoria del titular del juzgado número 1 de Berga. La primera edil había hecho caso omiso de dos citaciones previas y de una última solicitud acompañada del aviso de que la fuerza pública la facilitaría el traslado al juzgado en caso de persistir en su actitud.
Los agentes esperaron a Venturós en el portal y trasladaron a la autoridad municipal en un coche sin distintivos policiales. La alcaldesa tenía que declarar, y renunció a acogerse a su derecho a no declarar en presencia del juez, sobre un presunto delito electoral relativo a no arriar la estelada del balcón consistorial en las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015 y las generales del 20 de diciembre del mismo año.
En la versión de la CUP, la policía de la Generalidad acató las órdenes del Estado a pesar del acuerdo de desobediencia que tiene con «Junts pel Sí» (CDC y ERC). El incidente es un suma y sigue para los antisistema tras la negativa de Joan Coma, concejal cupero de Vich investigado por llamar a la desobediencia, a declarar en la Audiencia Nacional. Pero la participación de los Mossos en el caso de la alcaldesa de Berga es «casus belli» para la CUP.
Ante la enrarecida situación, el aparato paralelo del separatismo pretende cerrar las fisuras en el frente separatista en un acto de homenaje a los electos «perseguidos» por la justicia que sofoque la indignación de la CUP ante la «traición» del gobierno autonómico de Carles Puigdemont llevada a cabo por la consejería de Interior. Dadas las circunstancias, los convergentes han movido sus hilos en la AMI, presidida por la alcaldesa de CDC en Vilanova i la Geltrú, Neus Lloveras, en Òmnium y en la ANC de Jordi Sànchez, hombre de confianza antes de Mas y ahora de Puigdemont, para replicar con una manifestación que tense el lánguido día a día del proceso separatista y sofoque las iras de la CUP.
Junqueras, al habla con Sáenz de Santamaría
Entre tanto, Oriol Junqueras, presidente de ERC (partido en el que no hay ningún investigado por el proceso) y vicepresidente de la Generalidad, mantiene un silencio público tan significativo como su primer contacto, este lunes, con la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría después de recoger los trastos del ministerio de Administraciones Públicas de manos de Cristóbal Montoro. Junqueras felicitó a Sáenz de Santamaría por teléfono y también contactó con Montoro para agradecerle su trabajo.