EL CORREO – 26/08/14
· La campaña por la independencia intenta dar la vuelta a los sondeos, que desde el principio han sido favorables a la unión.
· Ningún sondeo publicado desde la convocatoria del referéndum sobre la independencia de Escocia, que se celebrará el 18 de septiembre, ha dado una opinión mayoritaria por el ‘sí’. El promedio de resultados de los realizados hasta ahora da una ventaja al ‘no’ del 57% contra el 43%. El voto por la independencia tendría que ganar 7 puntos en tres semanas. Por eso, los analistas en sondeos afirman que la campaña liderada por Alex Salmond necesita ofrecer un episodio espectacular que cambie sus circunstancias. Lo subrayaban ayer, cuando el ministro principal de Escocia y el líder de ‘Mejor Juntos’, Alistair Darling, ofrecieron sus propuestas y cruzaron críticas en el segundo y último debate televisado de la campaña.
La dificultad de que esto ocurra es subrayada por la lectura de los datos que ofrecen los sondeos, además de la inclinación por el ‘sí’ o por el ‘no’. El problema fundamental para la campaña por la independencia es que está lastrada por la incertidumbre de promover una estructura constitucional futura que sólo puede definirse tras su victoria.
El que fue secretario del Gabinete británico de los gobiernos laboristas y creador de las bases administrativas del nuevo Gobierno de coalición en Londres, Gus O’Donnell, advirtió que no parece existir un entendimiento de la gravedad de la transformación que provocaría la independencia. Ofrecía entre otros ejemplos la tarea de ajustar los sistema informáticos de la Hacienda o del Ministerio de Empleo y Pensiones. No se ha preparado el camino, decía O’Donnell. Pero es que Londres ha mantenido en todo momento el criterio de no entrar en negociaciones sobre el futuro hasta que se conozca el resultado. Se trabaja con la asunción de que ganará el ‘no’. Ni se prepara la logística de una transferencia y separación de bases de datos ni el Banco de Inglaterra negocia con Edimburgo los posibles acuerdos sobre la moneda.
Unas horas antes del debate, el premio Nobel de Economía y miembro del consejo económico que asesora al Gobierno escocés, Joseph Stiglitz, afirmó que la posición de los partidos británicos rechazando compartir la libra «es en su mayor parte apariencia» y que «otros arreglos monetarios pueden funcionar bien». Para Stiglitz, ni la moneda ni el petróleo son decisivos, sino «la visión de la sociedad».
Un ‘plan B’
En el primer debate, el campo del ‘no’ proclamó su victoria, porque Salmond no pudo ofrecer un ‘plan B’ tras la negativa de los partidos a compartir la libra. Los sondeos posteriores muestran que la victoria no fue tal, pero la realidad es que el líder independentista está atado a la incertidumbre: ni puede señalar que gran parte de la independencia económica tendría que ser sacrificada para compartir la libra ni puede adelantar sus bazas negociadoras antes de comenzar.
Privados de la posibilidad de un golpe espectacular, los independentistas han de confiar en que su constante apelación a los votantes laboristas fructifique o que los sondeos estén equivocados. La Campaña por la Independencia Radical ha encontrado un 60% de votantes favorables en las áreas en las que se centra, barrios tradicionalmente laboristas. Sondeó a más de 18.000 personas, puerta a puerta. El tamaño no es tan importante como la calidad de la muestra, ha replicado Rachel Ormston, del Instituto de Investigación Social.
EL CORREO – 26/08/14