ABC – 19/08/14
· ERC admite que, con la secesion, funcionarios y pensionistas cobrarían con un mes de retraso.
Los partidos catalanes que pactaron la consulta secesionista del 9 de noviembre asumen que esta no se celebrará, por lo que ya piensan en clave electoral; es decir, en un posible adelanto de las elecciones autonómicas, única salida que le queda a Artur Mas tras el fracaso de su proyecto estrella de su mandato.
Convergència, convulsionada aún por el caso Pujol, pretende evitar que, tras la suspensión de la consulta —automática en el caso de que el Gobierno español presente recurso ante el Tribunal Constitucional (TC)—, ERC rompa su pacto de legislatura, lo que evidenciaría la fragilidad del Ejecutivo de Mas, incapaz de cumplir sus compromisos soberanistas. Por ello, la estrategia convergente pasa por desmarcarse de Unió –su socia en CiU, que rechaza una consulta ilegal– y admitir que las distintas visiones que tienen ambas formaciones genera tensiones en la federación. Así lo manifiesta el coordinador general, Josep Rull, quien no descarta que, a largo plazo, se produzca la ruptura. De hecho, la formación socialcristiana que lidera Josep Duran Lleida prepara un movimiento centrista y transversal cuya puesta de largo tendrá lugar este otoño y que nace con vocación de transformarse en partido político.
Esquerra, asimismo, marca perfil y presiona a CiU para que convoque la consulta del 9N aunque el TC la declare ilegal. Así lo propone el presidente de esta formación, Oriol Junqueras, en un artículo publicado en el diario «El Punt Avui». A pesar de que las encuestas de intención de voto otorgan a ERC la victoria en unos comicios autonómicos –tocarían en 2016–, la formación independentista maniobra para que, en caso de adelanto electoral, este no se produzca antes de las elecciones municipales de 2015, pues los republicanos quieren ganar territorio para poder dar el salto después al Gobierno catalán.
Discurso del miedo
ERC apela a los argumentos sentimentales de sus votantes, a quienes pide paciencia ante un proceso que, reconocen, «no será un camino de rosas», según su portavoz, Anna Simó. Tras rechazar durante meses el «discurso del miedo» que, según denuncian, utiliza el Gobierno español contra la independencia de Cataluña, la dirigente republicana asegura ahora que habrá problemas de liquidez en la administración catalana, pero que en todo caso, serán dificultades temporales. «Quizás tardarás un mes sin cobrar si eres empleado público o pensionista», dijo Simó.
Por su parte, el PSC intenta resurgir de sus cenizas con Miquel Iceta al frente de su nueva etapa. El aplazamiento por el nuevo PSOE de la reforma constitucional que planteó el anterior líder del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, como alternativa al independentismo catalán, perjudica la estrategia de Iceta, basada en un Estado federal. Pero el primer secretario de los socialistas catalanes pide paso y propone al presidente Mas una alianza para negociar con el Gobierno español una nueva consulta legal.
Iceta aconsejó a Mas que «no se deje arrastrar» por Junqueras y le ofreció un camino alternativo con el PSC que respete la legalidad y al mismo tiempo responda a las aspiraciones de los catalanes. «Siempre estamos dispuestos a pactar lo que haga falta, los presupuestos también, siempre que estemos de acuerdo con ellos», dijo.
Por su parte, ICV gana tiempo para decidir si da el «sí» en esa hipotética consulta separatista. Los ecosocialistas apoyan el referéndum, pero deben someter a votación de sus bases si el partido abraza la independencia. Un adelanto electoral marcaría un ritmo que no conviene a una formación con fugas hacia la Candidatura de Unidad Popular (CUP) y a Podemos. Ante el previsible veto del TC, el coordinador de ICV, Joan Herrera, pidió ir «paso a paso», acudir en masa a la movilización de la Diada del 11 de septiembre y, en caso de impugnación, acordar una respuesta de todos los partidos proconsulta.
ABC – 19/08/14