ABC – 28/07/16
· JpS y la CUP avalan la vía «unilateral» y la oposición denuncia un «golpe a la democracia».
· El proceso soberanista entra en una nueva dimensión. Tras cuatro años en que los partidos independentistas han practicado una suerte de juego de finta y amago, haciendo explícitas sus intenciones, pero tratando de evitar sus consecuencias legales, ayer, por primera vez, asumieron como propia la estrategia de la desobediencia explícita.
Los grupos de Junts pel Sí y la CUP aprobaron las conclusiones de la comisión del Proceso Constituyente pese a la interlocutoria de la semana pasada del Tribunal Constitucional en la que, de manera clara y directa, advertía a la cámara de la ilegalidad de llevar adelante la votación. Los partidos de la oposición, asumiendo la gravedad del momento, calificaron de «golpe a la democracia» la aprobación de unas conclusiones que, además de contravenir lo ordenado por el Tribunal Constitucional, suponen un salto cualitativo en la estrategia rupturista, al consagrar como principio de actuación en un «proceso soberanista» que se dice democrático la vía «unilateral».
Como en ninguna otra ocasión, el Parlamento catalán se partió en dos bloques, sin punto de intersección posible: a un lado, Junts pel Sí y la CUP, cada vez más unidos en su estrategia de confrontación con el Estado, anticipando el nuevo frente que le debe permitir a Carles Puigdemont sortear la cuestión de confianza a la que se someterá el 28 de septiembre. Al otro lado, un frente «constitucionalista» formado por Ciudadanos, Partido Socialista de Cataluña y Partido Popular, al que la unilateralidad y los mo-
dos de los secesionistas han acabado por empujar también a Catalunya Sí que es Pot. Las conclusiones salieron adelante con los 62 diputados de Junts pel Sí y los diez de la CUP. Únicamente los once de Sí que es Pot votaron en contra; el PSC no votó, mientras que Ciudadanos y PP, además, abandonaron el hemiciclo.
De manera automática tras consumarse el desafío, la Mesa del Congreso de los Diputados aplazaba la decisión sobre la creación del grupo propio del Partit Demòcrata Català, tumbando cualquier hipótesis sobre un supuesto deshielo o acercamiento entre los nacionalistas y el PP. Como en los momentos más tensos del «proceso» –consulta del 9-N, convocatoria de las «plebiscitarias»…–, el independentismo escoge la vía de la confrontación. El Gobierno anunció que ha dado órdenes a la Abogacía del Estado y que seguirá defendiendo «el orden constitucional» ante lo que calificó de «un paso más, reiterado, contumaz y muy grave» en la vulneración de la ley por el independentismo.
Interlocutoria explícita
Ciertamente, y a diferencia de actuaciones pasadas, el soberanismo no pudo ayer alegar desconocimiento, en tanto que la interlocutoria del Tribunal Constitucional es más que clara. De hecho, y por recomendación de los letrados del Parlament, su presidenta, Carme Forcadell, recordó el contenido de la misma a los grupos de Junts pel Sí y de la CUP cuando solicitaron la modificación del orden del día del pleno para introducir la polémica vo-
tación. La bronca ya estaba formada, y, mientras los partidos de la oposición alertaban de la ilegalidad del mecanismo y alegaban cuestiones de forma para pedir que no se votase, la presidenta de la Cámara y los partidos secesionistas hacían oídos sordos para acabar aprobando un texto que no deja de ser un manual sobre cómo romper con España. En medio de acusaciones cruzadas, y en contra de lo que pedía la oposición, no fue la Mesa del Parlament la que asumió la decisión de votar, algo que recayó sobre los grupos. La votación, finalmente, no fue secreta.
La votación de las conclusiones supone en cualquier caso un significativo salto adelante de los secesionistas y, sobre todo, la confirmación de que la estrategia de Puigdemont para se guir gobernando a la vuelta del verano pasa por acercarse a la CUP y a su estrategia de desobediencia.
La posibilidad de una «modulación» del proceso –regresando a la demanda de celebración de un referéndum– se desvanece en favor de la opción unilateral. El soberanismo, lanzado, impone su ajustada mayoría en el Parlamento catalán para seguir adelante con sus planes de ruptura.
ABC – 28/07/16