ABC 12/10/16
· La gestora de Javier Fernández ha roto todos los cauces de entendimiento con Iglesias, que sí alimentaba Sánchez
Fue Javier Fernández, presidente de la gestora que dirige provisionalmente el PSOE, quien primero dio la voz de alarma sobre la «podemización» que ve en su partido; por la tendencia a llevar el debate interno a las redes sociales del peor modo y también por haber permitido que se establezca una relación de igual a igual en el enfrentamiento político que, claramente, beneficia a los morados. Ayer, por segundo día consecutivo, desde ese órgano se atacó sin piedad a los de Pablo Iglesias, a los que el propio Fernández acusa de estar buscando «basura» para socavar al partido más antiguo de España, con 137 años de historia.
La relación entre los socialistas y Podemos nunca ha sido tranquila y ha estado presidida por la «cal viva» –aquel ácido comentario de Iglesias sobre Felipe González en la investidura fallida de Pedro Sánchez en marzo–, pero esta semana vuelven a saltar chispas. Sea por táctica, para que no se note el acercamiento al PP, sea por convicción, lo cierto es que tanto Javier Fernández como el portavoz de la gestora, Mario Jiménez, llevan 48 horas dando «cera» a los morados.
Comenzó el lunes Jiménez acusando a Iglesias de haber roto «todos los puentes de diálogo» en la izquierda con aquella afirmación truculenta referida al GAL, y ayer Fernández remató: lo de Pablo Iglesias es de «un fariseísmo total»; defiende que Podemos no es el adversario del PSOE, después de zanjar «cualquier posibilidad de que hubiera un pacto» en la investidura de Pedro Sánchez en primavera. «Podría decir, no lo diré, que Iglesias es el Caifás de la política», remachó ayer el presidente asturiano en Telecinco, en alusión al sumo sacerdote judío que, según las Sagradas Escrituras, fue uno de los líderes de la conspiración que logró la condena a muerte de Jesucristo.
Pero Fernández no se quedó ahí. A su juicio, los dirigentes del partido morado son todos unos «unos savonarolas de bolsillo» –en referencia al predicador italiano del siglo XV, conocido por su feroz crítica a la corrupción y la decadencia moral de la época–, que actúan de forma hipócrita». «Algunos responsables de Podemos salen todas las mañanas con una bolsa de basura en la mano, buscando la vida de un socialista para depositarla como si fuera un vertedero; y con eso yo no puedo estar de acuerdo», concluyó.
«Acto vergonzoso»
La actitud del PSOE es en cierta forma una respuesta al indisimulado intento de Podemos por sacar partido de la crisis socialista. No obstante, el secretario de Organización, Pablo Echenique, enmarcó las contundentes palabras de Javier Fernández en un intento de «desviar la atención y llevarla hacia otro lado» ante el «el oprobio y la vergüenza» del «acto vergonzoso», en referencia a la probable abstención en la investidura de Mariano Rajoy. «Ante ese hecho, que va a tener una importancia histórica y que causa mucha vergüenza entre los socialistas, no queda otra que intentar ver si se puede apuntar cañones hacia otro sitio, a ver si se pueden librar de las consecuencias», señaló Echenique.
Lo cierto es que la pasada semana fue Pablo Iglesias quien lanzó una ofensiva total sobre los socialistas al plantear que Podemos es la única alternativa ante un PSOE «arrodillado al PP». De hecho, Iglesias vende esta actitud del PSOE como un argumento favorable a sus tesis de línea dura respecto a la relación con los socialistas. Iglesias plantea un escenario en el que culpa a los socialistas del devenir de las relaciones entre ambos: «Nos querían ver dóciles en el parlamento. Nunca quisieron gobernar con nosotros. El mensaje que nos da el PSOE es que gobernaremos cuando tengamos mayoría absoluta».