José Alejandro Vara-Vozpópuli

El próximo arreón que sacuda al Gobierno puede ser el definitivo. Hay dos escenarios que inquietan al Gobierno

¿Está el Gobierno de Sánchez premenopáusico? Cuando el lío de los quince millones de balas israelíes, El país tituló su editorial: “Otro sofoco inútil del Gobierno”. Casi en línea con este otro, unas páginas más atrás: “Estoy teniendo mi primer sofoco. Drew Barrymore anuncia en directo que le llegó la menopausia”. La niña de E.T. ya tiene 48 años pero el ‘consejo de ministras’ (así le dicen) de Sánchez apenas ha cumplido los siete. Demasiado pronto para esos calores. Oughourlian sabrá lo que se hace pero introducir la palabra ‘sofoco’ en el encabezado de un editorial tan delicado es como meter los grititos de Rafaela Aparicio en El silencio de Bergman. “Casi peor que la descoordinación es la sensación de que ninguna polémica relacionada con su ministerio tiene consecuencias”, sentenciaba el diario sanchista (aún lo es). Un bofetón en la mejilla de Grande-Marlaska que la tiene de amianto. Stillness es su lema.

No gana el Gobierno para sofoquinas porque, antes de las balas de Marlaska, fue el tirón de orejas de Rutte, el secretario general de la Otan, para que cumpla con el dos por ciento prometido del presupuesto militar. Y antes fue la pelea entre MJ Montero y Yolanda Díaz por el impuesto al Salario Mínimo. Y antes, la inconveniencia de la misma Montero sobre la presunción de inocencia. Así sucesivamente. El último ha sido el gran fundido en negro de todo el país. Un desastre planetario, diría Leire. Pueden sobrevenir catástrofes naturales, acontecimientos marcianos, eventos terribles, quizás impredecibles y hasta insalvables. Pero todo el mundo sabía que la red eléctrica tiene más agujeros que la sintaxis de Pilar Alegría y más fallos que la defensa del Madrid. Lo venían avisando las ‘operadoras pri-va-das-‘ diría el gran narciso, lo alertaban profesionales del sector, lo anunciaban hasta técnicos de Red Eléctrica. Nadie oyó gritar, como en la película de De la Iglesia. «Esto se apaga, esto salta, esto revienta». Ni caso.

Fotocopia del comité de Illa

Incluso Beatriz Corredor lo sugirió en el encuentro post catástrofe de las odiosas eléctricas con el gran salvador de la luz, Pedro Sánchez, en la ceremonia de la humillación celebrada en Moncloa. Exceso de las renovables, apuntó la todavía presidenta de Red Eléctrica. “No es el momento, Beatriz”, le espetó el número 1, al estilo de aquel «que te calles, Karmele«.

¿Cuál será el próximo sofoco del Gobierno? De momento pretende congelar el debate con la creación de un “Comité de Análisis Independiente”, no se rían, presidido por Sara Aagsen, titular de Transición Ecológica, abarrotado de ministros y funcionarios que escrutará el origen del reventón, algo que ya conoce todo el mundo pero en Moncloa hacen como si nada. Una jugada calcada de aquel comité de expertos apócrifo que se inventó Illa para justificar su mortal inoperancia y sus decisiones estrambóticas. Ya saben, 135.000 muertos y la mafia de las mascarillas de Ábalos y compañía saqueando el erario.

Le tirarán de la oreja. Le pondrán deberes. Un 3,5 por ciento del presupuesto para Defensa. Saldrá sonriente y bailón, como siempre. Nada le afecta, salvo su hermano y BegoñaBolaños está en ello

El miércoles depone Sánchez ante el Congreso para explicar el lunes negro, el aumento del gasto en Defensa y la guerra de los aranceles. No esperan sofocos porque el formato le favorece y lleva todo el puente preparando el teatrillo con Trump y la ultraderecha de protagonistas. Más respeto parece tener al Comité de expertos de la UE, pero su informe no se conocerá hasta noviembre. En casa de Úrsula todo va más lento que en un filme de Antonioni.

La cumbre de la OTAN, el 21 de junio en La Haya, es un momento delicado en el calendario del galansote. Le tirarán de la oreja. Le pondrán deberes. Un 3,5 por ciento del presupuesto para Defensa. Saldrá sonriente y bailón, como siempre. Nada le afecta, salvo su hermano y BegoñaBolaños está en ello. En su resumen de antes de verano, Sánchez reunirá a su tropa y les endilgará su letanía del resistente. “Con presupuestos o sin ellos, dirá, con Congreso o sin él, con socios o sin ellos, con leyes o sin ellas, hemos cumplido nuestro plan y ahora toca pensar en el año próximo que hay dos elecciones. Castilla la Vieja y Andalucía”. En ambas se sabe perdedor. Pero sin agobios.

Su posible retorno a España (a Cataluña, perdón) quedará en suspenso por tiempo indefinido. Hasta que tal cosa no se resuelva, Puigdemont se cuidará mucho de pensar en un relevo en Moncloa. O no. Es impredecible, detalle que a pone de los nervios a su víctima

Lo galos de Astérix sólo tenian miendo a que el cielo les caiga sobre sus cabezas. A Sánchez, sólo dos elementos pueden provocarle un sofocón de los que habla el dazibao de Oughurlian. El chantaje de Puigdemont, de quien depende hasta para ir al baño, que no se quedará tranquilo ni siquiera cuando Pumpido le obsequie en junio con la ley de amnistía con un lacito amarillo. Aún entonces, el forajido de Waterloo no dejará de incordiar consciente de que el Supremo tiene ya preparada la presentación de una cuestión prejudicial en el TJUE. Así, su posible retorno a España (a Cataluña, perdón) quedará en suspenso por tiempo indefinido Hasta que tal cosa no se resuelva, Puigdemont se cuidará mucho de pensar en un relevo en Moncloa. O no. Es impredecible, detalle que enerva a su ególatra víctima.

Luego está la hecatombe súbita que comentaba aquí Gorriarán, un inesperado cataclismo de la familia del inédito apagón en el que el Gobierno quede tan señalado y tan culpabilizado (dicen así ahora) que incluso a Sánchez y sus ochocientos asesores les resulte imposible sobrevivir a la ira del españolito adormilado.

No desesperen. El próximo sofocón de este Gobierno premenopáusico puede ser terminal. «Libertén, calamitén y que te den«, diría doña Rafaela.

EL VARÓMETRO

-¿De dónde saliste Sara Aagesen, ministra de la transición pasmada?

-¡Fachas! ¡Ultras! Este Óscar López tiene la sensibilidad de una taza de vater.

-«Cuarenta años para llegar a la cúspide del PP y el resto de su vida para lamentarlo». (Oído en el congreso de Valencia)

-De Sánchez ya no se fían ni los portugueses..

-El apagón le pilló al 23 por ciento de los españoles trabajando.¿Tantos? Parece que algunos autónomos todavía resisten.

-No se ha enterado aún Pedro de que los pantalones pitillo son chonis.

-El momento más peligroso de un mal gobierno es cuando empieza a reformarse (Tocqueville) ¡Ojo a lo que viene!