LUIS VENTOSO – ABC – 04/09/16
· Podrían regalarle a Rajoy la «Tetralogía de la ejemplaridad» de Gomá.
Probablemente, el mejor servicio que podría hacerle hoy a España el animoso Rivera sería incorporarse al PP (o al PSOE, que tanto le da, pues hace ocho meses firmaba con Sánchez un acuerdo clónico del que ahora ha rubricado con Rajoy y que ha liquidado en tres días). Ciudadanos, invento espoleado por empresarios catalanes que creían poseer la fórmula magistral del seny, no ha solventado ninguno de los problemas de España –es demasiado pequeño para ello–, pero sí ha colaborado en uno nuevo: ha hecho más difícil la gobernación, porque resta votos a nuestros dos partidos medulares, los debilita.
Un ejemplo práctico permite entender bien el problema. En las próximas elecciones gallegas, Ciudadanos tal vez ni siquiera obtenga representación, porque carece de estructura en Galicia e ideas para sus necesidades. Pero al presentarse, detraerá votos a Feijoo, con lo que en la práctica lo que hace es ayudar a que en Galicia puedan gobernar los nacionalistas coaligados con los socialistas. Es decir, Rivera contribuye a hacer real aquello que rechaza.
Siendo Ciudadanos un partido unipersonal y de novedades programáticas magras –más allá de repetir honorables obviedades que comparten casi todos los dirigentes socialistas y populares–, ¿cómo es que tantos votantes tradicionales del PP se han pasado a Rivera? La respuesta es sabida: se trata casi siempre de personas de clase media, más bien ilustradas, saturadas por el goteo de casos de corrupción del PP y, sobre todo, por la morosidad con que se han condenado desde su cúpula.
Tendemos a pensar que los filósofos ya no influyen en la sociedad como antaño. No es cierto. Hoy en España disfrutamos de un feliz ejemplo de cómo un concepto acuñado en el mundo del pensamiento se ha incardinado en nuestra cotidianidad: la ejemplaridad. En 2009, el filósofo Javier Gomá publicó «Ejemplaridad pública», una reflexión que amplió hasta componer su «Tetralogía de la ejemplaridad».
Alguien debería regalársela entera a Rajoy. Gomá explica que «cumplir la ley es una condición necesaria, pero no suficiente» y que existe «un plus de responsabilidad moral extra jurídica», que «debe exigirse especialmente a quienes desempeñan cargos financiados por el presupuesto público». El filósofo lo sustancia en una máxima muy hermosa: «Que tu ejemplo produzca en los demás una influencia civilizadora».
Proponer desde el Gobierno en funciones al ex ministro Soria para un cargo de relieve en el Banco Mundial, cuando tuvo que abandonar la política por mentir sobre una cuenta en un paraíso fiscal, muestra una inexplicable falta de tacto. Quién así opera –o quién se empecina en seguir con Barberá a cuestas, cuando su ex equipo hiede, o quien toleró lo de aquellos discos duros, o quien premió a Wert con una embajada cerca de su novia– no ha entendido, o ignora, el concepto de ejemplaridad.
Por esa falla moral se escurren muchos de los votos que le faltan hoy a Rajoy para gobernar. Y sí, ya sé que el PSOE hizo mamarrachadas similares en su día, como premiar a la muy discutible Magdalena Álvarez con un puestazo en el Banco Europeo de Inversiones. Pero el error ajeno no enjuga el propio. Falta sensibilidad, y hasta picardía política.
LUIS VENTOSO – ABC – 04/09/16