Alfonso Merlos, LA RAZÓN, 22/6/12
Es lo que nos faltaba. Y es lo que confirma el fracaso del Estado de Derecho en el combate contra la ETA política. Es simplemente demoledor y decepcionante que un terrorista en prisión, en lugar de dedicarse a pintar palitos en la pared representando cada uno de los días que lleva entre rejas, se entregue a los cálculos, los planes y hasta la cábala sobre las políticas que podrá hacer él mismo o los sacamantecas de Sortu.
Tanto la causa como la consecuencia de la exclusiva que hoy revela LA RAZÓN es una y funesta. Los demócratas estamos cediendo y nuestros enemigos avanzando. Y lo que es más desolador: aún hemos sido incapaces de interiorizar que los acompañantes del hacha y de la serpiente sólo podrán ganar el terreno que los luchadores por la libertad, debido a la pura miopía o cobardía, les cedamos.
Nosotros veremos. Otegi no está majara. Las cartas que está echando pueden ser las buenas. El escenario no se ajusta a la ciencia ficción sino a un contexto socio-político y a una cadena de acontecimientos que hay que romper o aplastar, empezando por la suicida idea de excarcelar a quienes tienen las manos manchadas de sangre y a mucho orgullo.
El demodé pero todavía jerifalte proetarra es perfectamente consciente de que hay quienes consideran que, mientras sus socios de actividades delictivas no se entreguen al asesinato, todo será permisible. Así está siendo lamentablemente. Y estamos ya en los minutos de descuento para revertir este tenebroso panorama. Son las leyes las que establecen que permitir la resurrección de Batasuna significaría simple y llanamente la quiebra de la Constitución. Apliquémoslas y sirvámoslas. Sólo así España estará en consonancia con el bien y con la justicia.
Alfonso Merlos, LA RAZÓN, 22/6/12