En la zona hay facultades y un mercado, y también viven muchos inmigrantes.
El atentado se produjo a las 14.40 hora local (12.40 en España). Las primeras imágenes difundidas en las redes sociales y cadenas de televisión rusas mostraban un tren del metro destrozado por la explosión: numerosos viajeros que trataban de sacar a las víctimas de entre los retorcidos hierros del vagón siniestrado. Una fuente de las fuerzas del orden de la ciudad aseguró que entre los muertos había niños. «La explosión tuvo lugar entre dos estaciones, pero el maquinista tomó la buena decisión de continuar ruta hasta la estación, lo que permitió proceder rápidamente a la evacuación y al socorro de las víctimas», declaró en un comunicado la representante del Comité de investigación Svetlana Petrenko.
Los servicios de rescate atendieron a varias personas afectadas por el humo provocado por la explosión y numerosas ambulancias se desplazaron hasta la zona. Los rusos volvían así a verse envueltos en la pesadilla del terrorismo en el transporte público: «Estaba en el metro, en la estación del Instituto Tecnológico, el tren se detuvo, pero las puertas no se abrían. Por la ventana vi a gente con cascos y cuatro cadáveres en el suelo», explicaba un jubilado.
Las fuerzas de seguridad rusas hallaron poco después del atentado una segunda bomba sin explotar en otra estación del metro de San Petersburgo, Plochad Vosstania. La detectaron poco después del ataque, según el Comité Antiterrorista Ruso. Fue desactivada por los artificieros.
El artefacto explosivo relleno de metralla estaba incrustado en el vagón, lo cual puso rápidamente a las fuerzas de seguridad sobre la pista de un atentado. El presidente ruso fue informado de inmediato: «Siempre estudiamos todas las posibilidades: accidental, criminal y, sobre todo, un acto con carácter terrorista», dijo Vladimir Putin, que se encontraba en San Petersburgo para reunirse con su homólogo bielorruso, Alexander Lukashenko.
Sobre los sospechosos se dan varias derivadas. Por un lado, las cámaras de vigilancia captaron a un presunto autor. La cadena rusa REN TV incluso difundió las imágenes de un sospechoso captadas por dichas cámaras. Llevaba los explosivos en una cartera y la dejó colocada, lista para hacer explosión. Las autoridades rusas dictaron orden de detención contra dos personas, pues creen que, mientras que uno de los sospechosos colocó una bomba debajo de un asiento en el tren, el otro supuestamente puso la bomba en la estación que no explotó.
Por otro, según comentaron anoche a la agencia Sputnik fuentes de los servicios de seguridad, los investigadores hallaron el cuerpo de una persona procedente de Asia Central en el presunto epicentro de la deflagración. Sin embargo, todavía es pronto para considerarlo el responsable de la explosión.
El metro de San Petersburgo presume de ser el más profundo del mundo. Bajo tierra y en la superficie se produjeron durante todo el día escenas de nerviosismo. A las afueras de la estación del Instituto Tecnológico, Natalia esperaba noticias: «Mi madre estaba en el metro, no sé cómo está, no logro hablar con ella».
El caos se apoderó del tráfico rodado cuando toda la red de metro de la vieja capital zarista quedó cerrada. Se habilitaron autobuses gratis para facilitar el movimiento por la ciudad.
La principal frase que se repetía en las aceras atestadas de ciudadanos desorientados era un susurro al móvil: «Estoy bien, no me ha pasado nada». Una vecina de la ciudad, Galina Stepanova, estaba cerca del lugar de la explosión. «He visto salir a la gente, iban como sordos, muchos se agarraban la cabeza».
La ciudad intentaba anoche recuperar el sosiego. El Aeropuerto Pulkovo de San Petersburgo ha reforzado el control de acceso, pero no ha limitado los vuelos y anoche se encontraba funcionando normalmente.
A través de la red de consejeros de interior de la Unión Europea, se pudo conocer que no había constancia de ningún español entre las víctimas mortales ni entre los heridos graves, a la espera de la confirmación definitiva por parte de las autoridades rusas.
Rusia está dispuesta a reforzar las leyes sobre seguridad tras este atentado, advirtió el presidente de la Comisión de Defensa del Senado de Rusia, Victor Ozerov. De momento el metro de Moscú ha tomado medidas adicionales de seguridad dentro del marco de la actual ley sobre la seguridad en el transporte.
No es el primer ataque de este tipo. En 2010 al menos 39 personas murieron en dos atentados suicidas en el metro de Moscú, en plena hora punta. Fueron los primeros atentados contra el metro de la capital rusa desde 2004, cuando separatistas chechenos hicieron estallar una bomba dentro de un vagón que se acercaba a la estación de Pavelétskaya: 49 personas murieron y casi 300 resultaron heridas. Las muestras de solidaridad con las víctimas por parte de la comunidad internacional no se hicieron esperar.
El Gobierno alemán fue de los primeros en expresar su «profunda conmoción» por «las terribles noticias» que llegaban de San Petersburgo. «Con profunda conmoción estoy siguiendo las terribles noticias de San Petersburgo», dijo el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Sigmar Gabriel. La aliada de Putin en Francia, la líder del Frente Nacional y candidata a las elecciones presidenciales, Marine Le Pen, no faltó a la hora de mostrar sus «condolencias al pueblo ruso tras las explosiones de San Petersburgo».
El ministerio de Exteriores difundió el número de emergencias del Consulado de España en San Petersburgo (+7 921 551 30 86), aconsejando evitar las zonas afectadas. En San Petersburgo se han declarado tres días de luto.