El tiempo se acaba para el nacionalismo

VICTORIA PREGO, EL MUNDO 11/04/13

· En este peloteo interminable que ha elegido el nacionalismo catalán gobernante para intentar eludir sus obligaciones constitucionales, hay un final. Y ese final está ya escrito aunque todavía no esté a la vista: quiéranlo o no, los ocupantes de la Generalitat -éstos o los que les sucedan- se van a acabar dando inexorablemente de bruces con la ley y con la obligación de cumplir la sentencias de los tribunales. No hay más.

El auto hecho público ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña no deja lugar a interpretaciones interesadas. Ustedes verán cómo lo hacen, viene a decir el TSJC, pero lo que ya ha establecido el Tribunal Supremo es que la enseñanza debe ser impartida en las dos lenguas oficiales de manera proporcional y equilibrada. Esto es lo que hay y lo que va a seguir habiendo.

Pero la Generalitat, que lo sabe perfectamente, sigue practicando esa taimada política de ir escurriendo el bulto una y otra vez porque pretende dos cosas. Una, no tener que llegar, o llegar lo más tarde posible, a enfrentarse a una acusación de desobediencia a los tribunales. Ése es un delito que, aunque está muy escasamente castigado en nuestro Código Penal, comporta multa e inhabilitación. Y a esa condena no se quieren enfrentar los responsables nacionalistas. Todavía.

Su segundo objetivo es más artero porque el tiempo es su aliado. Y se traduce en lo siguiente: algunos padres que han reclamado para sus hijos el respeto a su derecho a que sean escolarizados también en castellano han visto cómo iban transcurriendo los meses y los años sin que su reclamación ante los tribunales tuviera efectos prácticos.

Algunos de esos niños estarán ya a punto de dejar el colegio y preparándose para entrar en la universidad. A ellos, las artimañas de los gobernantes catalanes les han ganado la partida de plano. Los nacionalistas habrán conseguido que esos padres y esos hijos no hayan logrado nunca ejercer su derecho constitucional.

Aunque su causa acabe ganando, que ganará inexorablemente, ellos habrán perdido la oportunidad de disfrutar de su triunfo legal porque sus niños se habrán hecho mayores y ya estarán estudiando lo que quieran, donde quieran y en la lengua que libremente elijan. Su esfuerzo y su tenacidad beneficiará a otros, pero a ellos ya no. Ésa es la victoria de los ocupantes de la Generalitat.

Una victoria temporal, de todos modos. El tiempo se acaba para el nacionalismo que ocupa el poder porque la claridad de las sentencias del Tribunal Supremo en los casos que le han sido planteados va a acortar mucho los plazos de este peloteo políticamente diseñado.

Y llegará un momento en que termine la cruel gymkana a la que desde hace años los responsables nacionalistas vienen forzando a participar a los padres que se atreven a exigir respeto a los derechos de sus hijos. Ése será el día en que, también en Cataluña, se aplique el Estado de Derecho. Es cuestión de tiempo.

VICTORIA PREGO, EL MUNDO 11/04/13