Este 19 de junio se cumplen 85 años de la caída de Bilbao frente a las tropas sublevadas, pero también es el aniversario de la abrupta destitución de la Corporación republicana que rigió los destinos de la villa durante el período de la II República.

Aquellos concejales fueron elegidos en los comicios celebrado s el 12 de abril de 1931, que se convirtieron en España en un auténtico plebiscito entre Monarquía y República, y cuyos resultados en Bilbao depararon la victoria del Bloque Antidinástico frente a las candidaturas del PNV y de la Concentración Monárquica.

Este bloque lo compusieron los distintos partidos republicanos, que se repartieron 12 concejales, además del PSOE, que consiguió otros 12 ediles, y ANV, que logró 7. En total, 31 representantes frente a los 12 del PNV y 3 de los monárquicos, que conferían una amplia mayoría al nuevo equipo de Gobierno, encabezado por Ernesto Ercoreca.

Aquel Consistorio tuvo que hacer frente a los principales desafíos que tenía el país desde el plano municipal, en consonancia con el espíritu reformista del Gobierno republicano y de la Constitución de 1931, que eran el empleo, la educación y las cuestiones religiosa y autonómica.

El Ayuntamiento de Bilbao impulsó un ambicioso plan de obras públicas ante el creciente número de parados, un problema generalizado en España en aquella época, aumentando para ello el presupuesto municipal en ese capítulo. Se emprendieron obras como la ampliación del muelle de La Ribera, la reforma del mercado del Ensanche, la reparación de calles y la instalación de tuberías de agua y de alumbrado eléctrico.

Paralelamente, de acuerdo con el proyecto que Fernando de los Ríos, ministro de Instrucción Pública, llevaba a cabo para la construcción de miles de escuelas para luchar con el analfabetismo, en Bilbao -donde se calculaba que 14.500 de los 36.000 niños de entre 3 y 14 años estaban sin escolarizar- se planteó la construcción de once nuevos grupos escolares.

La cuestión religiosa centró muchos de los debates de aquel Consistorio, teniendo en cuenta que el Gobierno municipal estaba en manos de la izquierda laica y el principal partido de la oposición, el PNV, representaba posturas católicas. La mayor discusión se produjo en torno a la estatua del Sagrado Corazón de Jesús, construida durante la dictadura de Primo de Rivera, cuya demolición defendían los republicanos y socialistas, mientras que los jeltzales solicitaban la pervivencia del monumento. La retirada de la vía pública de la estatua fue aprobada, pero la interposición de un recurso ante los tribunales de un grupo de exalcaldes de Bilbao paralizó la decisión.

El Ayuntamiento de Bilbao, al igual que los de otros municipios vascos, fue suspendido por el gobernador civil a comienzos de septiembre de 1934 a causa de la supresión del impuesto de consumos del vino propugnado por el Gobierno radical-cedista, que chocaba con el Concierto Económico. Repuesta tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936, aquella Corporación tuvo que hacer frente a la situación bélica derivada del golpe de Estado del 18 de julio de 1936, tomando medidas para colaborar en el esfuerzo de la guerra y en la defensa de la villa. La actividad municipal cesó el 9 de junio de 1937, fecha del último pleno, tres días antes de la ruptura del cinturón defensivo de Bilbao.

Los concejales conocieron la persecución y el exilio tras la entrada de las tropas franquistas en Bilbao. Cabe recordar algunos casos, como el periplo del propio alcalde Ercoreca, que fue detenido en su exilio de Biarritz por los alemanes, entregado a las autoridades franquistas y desterrado en Valladolid; los fusilamientos del republicano Alfredo Espinosa Orive y del socialista Julián Zugazagoitia; el paso por los campos de concentración nazis del republicano Jesús Sáenz Ríos; la muerte en combate del socialista Fulgencio Mateos; o la cárcel y el exilio, en algunos casos hasta su muerte, que sufrieron el resto de ediles.

El pasado año 2021, el Colectivo Republicano de Euskal Herria, coincidiendo con el 90 aniversario de la proclamación de la II República en España, solicitó del pleno municipal la realización de un homenaje a aquella Corporación salida de las elecciones municipales de 1931, que fue parcialmente aceptado.

Este 2022, tras superar las restricciones de la pandemia, nuestra asociación recupera el homenaje anual que venía realizando a aquella última Corporación republicana de Bilbao. Un acto que se celebrará hoy 15 de junio a las 18:30 horas en la plaza Ernesto Ercoreca, porque, como decía John Berger, «la memoria entraña un acto de redención. Lo que se recuerda ha sido salvado de la nada. Lo que se olvida ha quedado abandonado».