Ignacio Camacho-ABC
- El PSOE hizo de la Junta la clave de sus éxitos electorales. Y ahora es el PP el beneficiario de ese efecto de arrastre
«En sitios como Andalucía la clave de las elecciones está en no dar miedo ni suscitar rechazo. Así logró un tipo con tan poco gancho como Manolo Chaves perpetuarse durante casi veinte años. Y Juanma Moreno es un mal adversario porque tampoco tiene aristas ni asusta a nuestro electorado». El que habla ejerció cargos en la Junta con todos los presidentes socialistas. Fue sucesivamente borbollista, guerrista, renovador, chavista, susanista y ahora, ya desde fuera, tiende a un sanchismo más situacionista que entusiasta. «Pedro no es la clase de dirigente a la que mi generación está acostumbrada pero nosotros nunca, en todas nuestras batallas internas, hemos olvidado que el partido era lo más importante. Aunque eso no me impide admitir que en este momento y en este lugar el Gobierno de Sánchez, y sobre todo sus alianzas, son un lastre.
Y que el presidente está haciendo campaña por sí mismo más que por Espadas. Por eso no le importa mentar la corrupción, que a la gente de aquí le recuerda los ERE, pero él habla para el resto de España».
«De todos modos, el problema esencial es el que te he dicho: que Juanma está muy bien valorado y no despierta recelo ni en los votantes de la izquierda. Incluso ha salido indemne de la gestión de la pandemia. Así que la única estrategia posible es tratar de agitar el temor a la ultraderecha, y no estoy seguro de que eso funcione, ni siquiera de que sea buena idea. ¿Te acuerdas de cuando Zarrías decía que las elecciones las gana la Junta, no el partido? En aquellos tiempos era lo mismo, pero al perder el poder no hemos sabido adaptarnos y se ha notado mucho el vacío. Y al PP le ha pasado al revés: la Junta ahora son ellos y tienen el voto inercial, el sistémico, el de la protección social, que es muy importante en las agrociudades y los pueblos. ¿Y cómo demonios les vamos a reprochar que se beneficien de eso, si era lo que hacíamos nosotros? Que se lo diga Vox si quiere, pero de ahí no sacamos ningún apoyo».
«Fíjate cómo estaremos que la frase que más oigo en mi entorno es la de salvar los muebles. Eso significa no quedar peor que Susana y tratar indirectamente de que Vox gobierne para quitarle a Moreno la vitola moderada. Son objetivos asequibles si se pudiese activar el músculo de la militancia, sólo que Espadas aún no se ha hecho con los resortes de liderazgo para ponerla en marcha. ‘Espaditas’ le llaman algunos con guasa; todavía quedan cicatrices de las primarias. Y además es poco conocido, de ahí que Sánchez venga todas las semanas a echarse la campaña a la espalda. Está dando la cara a sabiendas de que es probable que se la partan porque la situación es objetivamente muy mala. Él está en lo suyo, con la mirada puesta en el año que viene. Ya conoces su autoconfianza de superviviente. Pero entre nosotros, con esos socios que tiene mucho tendría que cambiarle la suerte para salir indemne…».