“¿De verdad puede ser delito en nuestro país defender la verdad?” se preguntaba y nos preguntaba el ministro Bolaños a propósito de lo que ya va pareciendo la inevitable proximidad del banquillo para el fiscal general por lo que  la derecha española se empeña en considerar un delito de revelación de secretos.

Asuntos como este traen a mal traer a nuestro benemérito ministro tres en uno casi todos los miércoles en los varapalos que le propina Cayetana Álvarez de Toledo valiéndose de argumentos y malas artes dialécticas. Por eso es hora de que alguien rompa una lanza en favor de este galán y defendamos su inatacable razón. ¿qué importancia tiene  tomarse una licencia con el Código Penal si es para defender un bien superior y universal como es la verdad? La verdad, ninguna. ¿Por qué los ultra-fachas se empeñan en escarbar en los asuntos privados del exministro Ábalos y su Jesi? Muy sencillo, porque la derecha y la ultraderecha son mucho más partidarias del odio que del amor.

Y ya que hablamos de la Jesi, es hora también de hacerle justicia a esta mujer, tan vilipendiada por la fachosfera. Ella accedió a un empleo en dos empresas públicas, Ineco y Tragsa. Según confesión propia a la primera accedió tras un examen de Koldo: “¿Sabes leer y escribir?” ella respondió que sí y él sentenció: “contratada”. Ella, que por aquel entonces estudiaba Odontología, debió responder como Valle Inclán cuando fue llevado ante el juez por haber participado en desórdenes. “¿Cuál es su profesión?” le preguntó el togado. “Escritor”, respondió don Ramón. “¿Sabe leer y escribir?” “No”, a lo que observó el juez: “Me extraña su respuesta”. “Más me extraña a mí su pregunta y ya puede ordenar que me den tormento porque no voy a decir nada más”.

Lo sorprendente del hecho es que con esos conocimientos podían haberla nombrado ministra. Parece que la aplicada Jesi terminó sus estudios de Odontología, o sea que tiene un nivel académico superior a la mujer del presidente y al alcanzado por el portavoz del PSOE en el Congreso, que no pasó de primero de Peritos. Más estudios que Almudena Lastra, vicesecretaria general del PSOE y su  portavoz, como Patxi. Y no se crean que esto es de ahora. Pepiño Blanco también fue número dos con Zapatero y portavoz de su Gobierno sin haber superado primero de Derecho y ahí lo tenemos, de fundraiser, que diría Begómez de Sánchez.

A Jesi le han servido sus estudios, si no para escalar en la Administración, sí para progresar en lo suyo. Ha llegado a madama, que es un oficio con mayor rango en su ramo de actividad; la madama, como el sargento, no se pringa en trabajos mecánicos. No es de recibo que ahora se llamen andanas todos los socialistas que fueron cómplices de los trabajos que cobraba sin asistir a las empresas públicas citadas; todos los compañeros de viaje de la pareja, el sucesor de Ábalos en el Ministerio que avaló su contratación y que llama ‘The Ojete’ al medio en que la gran Ketty Garat contó este portentoso asunto, partidarios todos ellos del amor y no del odio. El PP se ha sacudido la modorra y va a pedir comparecencias en las dos cámaras. Dice que de todas las formas de malversación, emplearlo para pagar a una prostituta que calme los ardores inguinales de un ministro es la más asquerosa de todas. Ya les explicará Bolaños la importancia que tiene la felicidad de un ministro para hacer felices a los administrados. Laus Deo.