Opinión, EL MUNDO, 10/6/11
ODÓN ELORZA recogió ayer sus pertenencias en el Ayuntamiento de San Sebastián y ratificó que no acudirá mañana sábado a la investidura de su sucesor. La decisión del PSE de sacarle del Consistorio no es un argumento que tape un gesto maleducado con los ciudadanos donostiarras y con los futuros concejales. Es en los momentos duros cuando mejor se evalúa a las personas y Elorza ha mostrado su peor cara desde la inesperada derrota del 22 de mayo. Sus contradictorias intervenciones dieron paso al sainete de que «me quedo pero me dicen que me vaya», en uno de los ejemplos más sangrantes del caos interno que sufre el PSE en Gipuzkoa. Pero siendo cuestionable su ejemplo resulta aún mucho más trascendente y peligrosa su herencia. Elorza aprovechó la reforma de la legislación municipal para arrogarse más atribuciones con las que compensar su posición minoritaria. Y ahora Bildu, si no lo arreglan los reflejos del PP, se regocija con la enorme makila abandonaba por Elorza.
Opinión, EL MUNDO, 10/6/11