EL MUNDO 12/02/14
Los empresarios europeos afincados en Cataluña han empezado a movilizarse contra el plan independentista con un manifiesto firmado por 60 directivos que alerta de los peligros del «fervor nacionalista».
Los primeros pasos ya se han dado: constituir la plataforma Catalunya sense Europa, no (Cataluña sin Europa, no) integrada por 60 directivos europeos, principalmente alemanes, redactar un manifiesto para advertir de los peligros del «fervor nacionalista» y reunirse con el consejero de Empresa y Empleo del Govern con el fin de estrechar lazos.
El principal escollo que estos 60 directivos europeos ven en el proceso independentista es la salida de Cataluña de la Unión Europea. «Las negociaciones de adhesión para reincorporarse de nuevo durarían años y requerirían unanimidad», advierten en una carta firmada y titulada Declaración de Barcelona. En este sentido, el portavoz de esta nueva plataforma y ex presidente del Círculo de Directivos de Habla Alemana, Albert Peters, recordó ayer que un país como Croacia tardó más de una década en entrar en la UE.
El documento, suscrito por líderes de compañías como la química Basf o Thyssen Krupp Materials, también avisa «de los peligros de un fervor nacionalista, que en el último siglo ha traído sufrimientos inconmensurables sobre Europa y que tampoco traerá nada bueno para Cataluña».
Este recelo hacia el proceso independentista se extiende a más empresarios europeos, según aseguró ayer el propio Albert Peters, quien atribuyó su silencio al «miedo» a expresar este sentimiento en público.
Dicho manifiesto también alerta de las consecuencias de una hipotética salida de la Unión Europea y de la negociación que vendría después y que se podría alargar varios años: la retirada del euro, la no financiación a través del Banco Central Europeo ni la libre circulación de trabajadores, mercancías, servicios y capitales. «Todos los convenios para evitar la doble imposición y los referidos a la Seguridad Social deberían renegociarse en un largo proceso», apuntan.
Además de denunciar las «nefastas consecuencias» para la economía catalana que acarrearía la secesión y la salida de la Unión Europea, este incipiente lobby ya se ha reunido con el consejero de Empresa y Ocupación del Govern para reclamarle que «todo el mundo dé un paso adelante para solucionar esta situación».
El que también alzó la voz ayer contra el proceso soberanista catalán fue el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Según él, una hipotética ruptura de Cataluña con España sería un «destrozo importante de las relaciones humanas» y económicas. «La mayoría de los catalanes no nos queremos ir ni nos vamos a ir», aseguró ayer el presidente de la patronal de empresarios.
También remarcó la importancia de seguir perteneciendo a la Unión Europea y de los peligros de una salida del mercado común. «Vivimos en Europa y nos tenemos que sentir cada vez más europeos. La clave europea es decisiva para la situación de Cataluña».
Su receta pasa por el diálogo para solucionar una situación que calificó de «muy complicada y compleja». También por «hacer un nuevo mapa» en relación a la financiación autonómica, así como un Senado que realmente sirva para coordinar a las comunidades autónomas. «Tenemos que aportar impuestos todos y recibir servicios todos», apuntó Rosell, que también culpó a Generalitat y Gobierno de no saber explicar qué pasa.