ABC – 04/12/16
· El Gobierno asume el rodillo del Congreso, siempre que a cambio se alcancen grandes acuerdos.
· Las subidas de impuestos entraron en vigor ayer y afectan, sobre todo, a las grandes compañías, que pagarán al Fisco 4.650 millones más en 2017.
· Cotizaciones Alzas como las aplicadas a las bases de cotización entrarán en vigor en 2017.
La subida de impuestos que aprobó el pasado viernes el Gobierno para empresas, alcohol y tabaco ya está en marcha después de que a primera hora de la mañana de ayer fuera publicada en el BOE. Sus efectos comenzarán a notarse a medida que los precios de tabaco y alcohol repercutan la mayor tributación y las empresas comiencen a advertir las menores deducciones, un endurecimiento fiscal que en su mayor parte comenzará a aplicarse en 2017, pese a que ya esté aprobado. Es el caso, por ejemplo, del aumento de las bases de cotización. El incremento en un 3% en la base máxima y del 8% en la mínima –consecuencia del incremento del SMI en el mismo porcentaje– supondrán para las arcas públicas una inyección de 400 millones.
Pero ¿qué efectos tendrá esta batería de medidas impositivas en el crecimiento? ¿Afectarán al empleo y la inversión? ¿Y al consumo? Organizaciones empresariales y expertos consultados por ABC alertan de que el ajuste que ya ha entrado en vigor –a falta de otro de 200 millones en refrescos azucarados que el Ejecutivo aún debe negociar con los partidos políticos– lastrará la inversión, el empleo, el consumo y, por ende, la actividad.
«El incremento de los costes sociales puede tener efectos negativos para la creación de empleo», asegura el presidente de la CEOE, Juan Rosell. Unas consecuencias que, a juicio de Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores Autónomos (ATA), podrían restar brío a la mejora de las previsiones económicas que el Gobierno dibuja en el nuevo cuadro macroeconómico, en el que eleva sus objetivos de crecimiento hasta el 3,2% en 2016 y al 2,5% en 2017. El Ejecutivo también mejoró las perspectivas de empleo; estima que la economía española creará 1,4 millones de empleos en tres años y que la tasa de paro bajará hasta el 12,8% a finales de 2019, circunstancias ambas que elevarán la tasa de ocupados hasta los 20 millones.
«Dudo que el objetivo de empleo se cumpla en 2019 con estos mimbres. Subir impuestos, cotizaciones, gastos e incrementar las trabas fiscales será un lastre para el consumo, la actividad y el empleo», sentencia Amor. Asegura que las subidas impositivas son «un nuevo sablazo a las empresas y una estocada a los autónomos».
El decreto de medidas tributarias urgentes que se publicó en el BOE pretende ingresar 4.800 millones de euros más en 2017 y la mayor parte del ajuste, 4.650 millones, provendrá de la gran empresa. Con las nuevas medidas, las sociedades que facturan más de 60 millones de euros y arrastraban pérdidas de otros años ya solo podrán compensarse un 25% de las bases imponibles negativas de antiguos ejercicios, frente al 60% que regía hasta ahora. Las que facturen entre 20 y 60 millones solo se podrán compensar el 50%. Hasta ahora, el porcentaje que regía era el 60% y el año que viene el Ejecutivo tenía previsto ampliarlo hasta el 70%.
Esta medida será la principal para elevar la recaudación y afecta, sobre todo, a grandes empresas. Las bonificaciones explican, en parte, que el año pasado las empresas tuvieran unos beneficios récord desde 2007 de 209.361 millones en forma de resultado contable positivo, pero solo tributaran por 80.591 millones de base imponible. Junto a ello, deberán tributar por deterioros de valor de participaciones que se aplicaron para reducir su factura fiscal antes de 2013 y se limitarán las exenciones por dividendos.
«Al ser las mayores compañías las que sufren sobre todo la subida de impuestos, hay que tener en cuenta que se trata de las que más invierten y más posibilidad tienen de contratación. Los efectos a su vez pueden afectar a sus proveedores», reflexiona el director de Análisis Económico del IE Business School, Rafael Pampillón.
Como describen en CEOE, la patronal teme que se reduzca la inversión empresarial y por tanto la creación de empleo quede tocada, lo que a su vez afectará al consumo mediante una menor renta disponible en los hogares. «Se penaliza la inversión justo cuando se acaba de estancar la inversión en formación bruta de capital desde que arrancara la recuperación. Nuestra economía necesita menos impuestos para profundizar en la recuperación, que no es un logro irreversible. Estas medidas castigan la inversión, el empleo cualificado y el consumo», desgrana Francisco Aranda, portavoz de CEIM-CEOE.
«Subir impuestos directos (Sociedades) e indirectos (cotizaciones) grava el trabajo y su creación. No es la mejor medida para una economía que tiene el 19% de desempleo. Pero el PP está en minoría parlamentaria y necesita el apoyo de grupos de la oposición», resalta José Ramón Pin, profesor del IESE Business School, que aún así valora que si consigue reducir el déficit, España ganará credibilidad en los mercados. «Así que la estabilidad política será buena, el problema es si compensa los efectos de esa subida de impuestos a la hora de crear empleo. En el fondo el Gobierno se ha puesto un zapato izquierdo en el pie derecho y tiene que decir que no duele, que está cómodo e, incluso, que le gusta», concluye el profesor.
Otra medida que no han encajado bien las empresas es la subida de las bases de cotización a la Seguridad Social con las que el Ejecutivo busca aliviar el sistema de pensiones cuando ya quedan fondos solo para pagar menos de dos nóminas a los pensionistas. «De media, un autónomo con dos trabajadores a su cargo tendrá que soportar una carga superior, como mínimo, a 3.000 euros el próximo 2017, por incremento de las cotizaciones, de costes salariales y trabas fiscales», calcula Lorenzo Amor.
El decreto con las subidas de impuestos aún debe ser convalidado por el Congreso de los Diputados, pero el grueso del ajuste ha sido «consultado» con PSOE y Ciudadanos para asegurar su paso por la Cámara Baja. Ahora solo queda comprobar los efectos.
ABC – 04/12/16