EL CONFIDENCIAL 01/02/17
ENTREVISTA JUAN CARLOS GIRAUTA
· El portavoz de Ciudadanos en el Congreso insiste en que su partido «tiene muy claro» el espacio ideológico en el que está —el liberalismo— y está convencido de dar «la batalla» a los conservadores
A falta de cuatro días para la asamblea general de Ciudadanos, el gran cónclave en el que el partido actualizará su ideario y elaborará una nueva línea estratégica de cara a entrar en gobiernos a partir de 2019, el portavoz del partido en el Congreso de los Diputados recibe a El Confidencial en su despacho de la quinta planta en la Cámara Baja. El dirigente catalán está decidido a defender el espacio ideológico de su partido: «No somos conservadores. Nosotros somos liberales«. Insiste también Juan Carlos Girauta en que en 2017 no tiene sentido continuar hablando del pasado. «Ahora no importa que en 2005 hubiera un grupo de gente que estaba descontenta con Pascual Maragall». Sobre el enésimo órdago de la Generalitat, que ya advierte de que podría convocar el reférendum antes de verano, no titubea: «Esto acabará con una broma o una ‘performance’ como la del 9-N».
PREGUNTA. Ahora que han pasado de 23 a 37 miembros en la ejecutiva de Ciudadanos, ¿cCaben todos en la quinta planta de la sede o van a tener que explorar un modelo de debate asambleario?
RESPUESTA. No, no. Afortunadamente, cabemos todos. Solo ha habido que apretarse un poquito y poner una mesa más larga.
P. En número sí son muchos más, pero en el núcleo duro se mantienen los dirigentes de siempre. Teniendo en cuenta que el comité ejecutivo permanente no cuenta con la presencia de muchos territorios, ¿garantizan que siga habiendo el mismo mensaje en todas las CCAA?
R. Absolutamente sí. La idea no era tanto la representación territorial como la representación sectorial. Es decir, lo que nos ha ocupado es que todas las áreas de gobierno estén representadas dentro de la ejecutiva de Ciudadanos, más allá del permanente. Y que no solo haya portavoces o interlocutores, sino coordinadores especializados que a su vez trabajen con grupos de expertos. Además, hemos añadido áreas específicas para temas muy importantes en el partido, como son los autónomos, más allá de las habituales como son Defensa o Interior.
P. Albert Rivera dice que un buen líder lo que hace es buscar nuevos líderes y que se debe rodear siempre de talento. ¿No es peligroso que existan varias figuras con liderazgo dentro de un partido?
R. Desde luego, en nuestro caso es una cuestión que ni siquiera nos planteamos. El liderazgo de Albert es claro y evidente, por todo tipo de circunstancias. La primera, porque es el único presidente que ha tenido el partido y aún es muy jóven, está en un momento formidable vital e intelectualmente. Y se rodea de talento y equipos muy potentes y especializados porque además está muy seguro. Las personas que no lo están no hacen este tipo de cosas.
· «La cuestión es si tiene sentido que en 2017 sigamos hablando del pasado y de lo que fuimos en 2005. Ahora somos liberales y progresistas»
P. Sobre el ideario de Ciudadanos, hay un sector del partido en Cataluña que sigue defendiendo mantener el término socialdemócrata frente a la nueva definición de liberalismo y progresismo de la dirección. ¿Pueden convivir las dos ideologías en el partido?
R. Pues precisamente yo voy a defender el documento que sitúa a Ciudadanos en el liberalismo progresista. Mantendré un debate, seguramente apasionante, con compañeros de Cataluña a los que aprecio y que defienden que allí aparezca una referencia al origen del partido, como puede ser «bebe del socialismo democrático». Es un debate muy sano, pero yo creo que no se trata de dónde venimos, sino quiénes somos ahora. Yo defenderé el documento, no tanto en clave de filosofía política pura, sino con la pretensión de que cuando alguien lo lea, por ejemplo un joven universitario, sepa dónde estamos. A ese chico no creo que le importe que en 2005 hubo un grupo de gente que estaba descontenta con Pascual Maragall. Eso es historia. Nosotros somos un partido nacional, el cuarto de España y que quiere gobernar el país. ¿Que en su día nacimos como reacción al nacionalismo hegemónico? ¡Caramba, me lo van a contar a mí, que lo sufrí directamente!
La cuestión es si tiene sentido que esa definición ideológica de los fundadores aparezca en un documento de 2017 que está hecho mirando hacia adelante. El objetivo es tener un documento que diga «Ciudadanos es esto». O sea, no es que venga de allí o de no sé dónde. Está en el espacio de los liberales progresistas. Y es que ese es el espacio en el que estamos. Si estuviéramos en el de la socialdemocracia, no habríamos entrado en el grupo ALDE, partido de los liberales y demócratas, en el Parlamento Europeo, ni tendríamos un vicepresidente en ese partido. Es más, si estuviéramos en ese espacio, competiríamos exclusivamente con el Partido Socialista, que tiene esa etiqueta como primera opción, y no es el caso. Nosotros estamos donde estamos.
P. En la asamblea general de este fin de semana, se debatirán otras muchas enmiendas. ¿Cree que puede haber voces partidarias de entrar en gobiernos antes de 2019, la fecha planteada por la dirección?
R. Bueno, no estoy seguro. Sé que había voces que pedían eso entre los que optaban a tener compromisarios… Hubo algún grupo al que se le dio mucha cancha y que luego resulta que no han tenido ni un solo compromisario elegido. En todo caso, lo que nosotros vamos a defender como ejecutiva es que a partir de 2019 empecemos a entrar en gobiernos, y hasta entonces lo que haremos será conseguir reformas con la capacidad de negociación que tenemos, dadas las distintas aritméticas en las instituciones, y perfeccionar los equipos. Nosotros somos gente que viene de la sociedad civil, no somos políticos profesionales. Tenemos la ventaja de conocer muy bien la vida real pero, en política, tenemos que rodarnos en la vida parlamentaria aquí en el Congreso, en los parlamentos autonómicos y en los ayuntamientos. En el año 2019, nos consideraremos preparados para entrar en todos los gobiernos donde podamos.
P. Perdone, pero insisto. ¿No sería importante que los ciudadanos los vieran gestionando antes de ir a votar otra vez?
R. Nosotros no estamos gestionando en términos ejecutivos porque no hemos querido entrar en gobiernos, pero eso en sí mismo es una decisión que se puede juzgar. Dígame usted qué partido en democracia hasta este momento, pudiendo entrar en gobiernos —tanto autonómicos como el de la nación—, no lo ha hecho. Es decir, qué partido ha dicho «yo prefiero mantener la capacidad de ser oposición a la vez que tengo un acuerdo de investidura porque además de conseguir las reformas quiero ser oposición». Esto es un ejercicio que permite que la gente juzgue. Son etapas. Esta termina en 2019. Entonces, se abrirá un nuevo ciclo electoral, y ahí sí.
P. Este domingo, Rivera insistió durante la presentación del nuevo comité ejecutivo en la necesidad de dar la batalla política a los conservadores, para no solo pactar, sino ganarles en las urnas. ¿Eso cómo casa con su relación actual con el PP, habiendo firmado un pacto de investidura?
R. Se pueden hacer las dos cosas perfectamente, sobre todo por una razón: en ese pacto, nosotros ya hemos cumplido. Nuestra parte cumplía al tocar el botón verde, cuando dijimos sí a Mariano Rajoy. Ahí ya cumplimos. Ahora le toca al Gobierno. Y para nosotros no es que sea compatible, es que es imprescindible, que mientras se va exigiendo aquello que se firmó, tengamos las manos libres para contraponer nuestro ideario al suyo. Tenemos ideas muy distintas. Nosotros no somos conservadores, somos liberales. Nos podemos encontrar con ellos en ciertos asuntos que tengan que ver en la economía, o tal vez no. Pero estamos muy seguros de nuestro espacio ideológico y, por lo tanto, claro que vamos a dar la batalla de las ideas. Queremos ganarles. Lo cual es perfectamente compatible con la aritmética actual en esta legislatura, en la que estamos maximizando nuestra posición. Somos 32, no somos decisivos y, sin embargo, hemos conseguido firmar un acuerdo con 150 reformas. Oiga, pues no está mal.
· «Hay quien está convencido de un delirio, que es que Cataluña va a ser un Estado independiente. Nadie, gobierne quien gobierne España, cederá»
P. Y precisamente por esa cuestión aritmética, ¿cómo va a conseguir Ciudadanos capitalizar los éxitos de muchos acuerdos con el Gobierno que, al necesitar al Partido Socialista, terminan por diluirse?
R. Pero vamos a ver. Nosotros siempre hemos dicho que el PSOE era necesario. Ciudadanos tiene una visión de Estado y un sentido responsable de las cosas. España está todavía inmersa en varias crisis superpuestas; la económica, la territorial, la institucional… Pues en todas ellas nosotros somos conscientes de que hay que salvar la casa. Hay que salvar el modelo democrático, la integridad territorial del país… En fin, eso nos importa más que quién se apunta los tantos. Y el Partido Socialista es necesario en esa gran operación de reformas de la casa común. Lo hemos dicho siempre y hemos hecho bandera de haber firmado 100 medidas tanto con el PSOE como con el PP, lo que demuestra que puede haber un entendimiento. Es positivo que en las grandes cuestiones haya una mayoría amplia. Que luego, cuando las cosas se han conseguido, algunos quieran ponerse medallas es algo humano, pero esa postura tiene las patas cortas.
P. ¿Qué ocurrirá este año en Cataluña? ¿Ve el enésimo amago en las pretensiones de la Generalitat o de verdad van a por el referéndum definitivo?
R. Esto no es fácil de contestar. El nacionalismo ha creado una situación muy patológica, y todo no atiende a conductas relacionadas. Hay actores dentro del separatismo catalán que saben adónde van y le han echado un órdago al Estado para que se asustara. Hay otros que están convencidos de un delirio, que es que Cataluña va a ser un Estado independiente dentro de poco con el reconocimiento de la comunidad internacional. Y hay otros más que utilizan esto para tapar su corrupción. Esto no tiene una solución unívoca y sencilla. Es un juego de confusión y, más allá de los políticos, entre la sociedad catalana, hay mucha gente joven a la que han engañado con algo que no es posible. Porque nadie, nadie, gobierne quien gobierne, va a ceder nunca ante un órdago de este tipo.
P. Pues está claro que hay gente que sí lo cree.
R. Claro, pero ¿quién lo cree? ¿Lo creen ciudadanos a los que se les ha engañado?, ¿lo creen los políticos que están protagonizando esta situación? Yo no lo creo. Creo que ahora saben que han fracasado y creo que en este momento nadie quiere ser presidente de la Generalitat dentro del mundo separatista. Puigdemont se escapa, ¿por qué lo hace?, Mas se escapa, de Junqueras me cuentan que tiene un miedo cerval a lo que puede pasar, que es que él puede ser presidente de la Generalitat y que tendrá que gestionar esto que vienen prometiendo. ¿Sabe qué creo que va a pasar? Que harán una especie de referéndum bufo como el del 9-N o el de las elecciones, que como dijeron, se hicieron en clave plebiscitaria. Es decir, se hará alguna broma de estas, alguna ‘performance’ que tampoco será verdad. Se repetirá el mismo ciclo y ellos, mientras tanto, irán perdiendo apoyos. ¿Sabe qué pasa? Que todo tiene un límite.