Desde que las autoridades francesas se convencieron de que los refugiados vascos del sur del país no tenían razón de ser, la labor de sus efectivos policiales ha obtenido frutos importantes. Así lo recoge el reportaje publicado por Le Monde a este respecto. “…En este lado de la frontera 172 etarras están entre rejas…”
Ese sábado 9 de enero, las condiciones meterológicas eran deplorables y el coche en el que estaban Iñaki iribarren Galbete y Eider Uriburu Zabaleta terminó en la cuneta, muy cerca del sitio al que se dirigían: un escondite en el bosque de Chadrat (Puy-de-Dôme). La pareja, sospechosa de pertenecer a la organización terrorista vasca ETA, fue inmediatamente interrogada por los policías que vigilaban el caserío desde hacía varias semanas. Debía presentarse ante el juez el miércoles 13 de enero.
En diez años, desde 1999 a 2009, no han sido menos de 500 los presuntos miembros de ETA que han sido interrogados en territorio francés por la Subdirección de la Lucha Antiterrorista (SDAT, siglas en francés) de la policía judicial, 30 en 2009. En este lado de la frontera, 172 etarras están entre rejas (25 de los cuales han sido encarceladas en 2009) frente a los 591 de España.
Estas cifras demuestran la actividad desplegada por la policía francesa en la lucha contra la organización vasca, reforzada por un trabajo en común desde 2002, cada vez más estrecho, con la policía española. “La colaboración es excepcional” se alegra Christian Lothion, director central de la policía judicial. “Hemos dado a ETA golpes muy fuertes”.
Se suceden los comunicados que anuncian el arresto de un jefe militar (Miguel de Garkoitz Aspiazu Rubina, alias Txeroki, en noviembre de 2008, Aitzol Iriondo, conocido como Gurbitz en diciembre de 2008, Jurdan Martitegui en abril de 2004…) o de un responsable importante. Iñaki Iribarren Galbete, de 33 años, está considerado como uno de los miembros del aparato militar sobre quien pesa una orden europea de detención dictada por un juez español el 30 de diciembre de 2008, por sus nexos con el comando “Navarra”. La mujer de 32 años, detenida al mismo tiempo que él por la policía judicial en colaboración con el Raid*, también sería muy conocida.
Otro indicador de la persecución: el número de escondites encontrados aumentó: en 2009 se encontraron 34 “zulos” (de los cuales 15 eran bidones estancos hallados en agosto en el sudeste, contenían dinero, documentos y armas) contra los 9 de 2008.
Pero paradójicamente, la labor de los investigadores se ha convertido también más complicada. Si nos fijamos, en realidad el número de detenciones tiende a disminuir (hubo 66 en 2003, 64 en 2004). Porque ETA se ha reorganizado. El organigrama de la organización, de por sí difícil de establecer, es “un continuo puzle que se reconstruye”, subraya Christian Sainte, responsable de la SDAT. “Todo presunto jefe un día desaparece y su sustituto está designado”.
Los efectivos se renuevan continuamente. Si la policía considera que ETA está “debilitada”, como afirma M. Lothion, se debe al rejuvenecimiento de sus responsables. En realidad, el activismo de la organización es indiscutible. La policía judicial estima que hay en 80 y 100 etarras activos en territorio francés.
Los “equipos” raramente están constituidos por más de dos personas. Las detenciones, que necesitan importante medios y a menudo un largo trabajo de vigilancia, se realizan por lo tanto con cuentagotas. Los militantes prefieren las zonas rurales frente a las ciudades y el camping frente a los alojamientos permanentes, considerados más arriesgados. “Son monjes-soldado”, asegura M. Sainte.
Y a partir de ahora la policía debe tener en cuenta todo el territorio francés, ya que los militantes de ETA no se conforman con replegarse en la región suroeste. Suben hasta Orne, Mayenne, Saboya o Bretaña. “Se mueven muchísimo, indica M. Sainte, hacen miles de kilómetros para recuperar unos cientos de euros”.
El número de coches robados es otro indicador de la actividad de ETA. La policía francesa les imputa 65 en 2009. La técnica es a menudo la misma: los militantes aguardan al conductor impaciente o imprudente que baja de su vehículo y deja las llaves puestas. Finalmente, dispersan cada vez más su material multiplicando sus escondites pequeños.
Los investigadores, que describen a ETA como una organización compartimentada y “paranoica con su seguridad” están obligados a admitir la eficacia de su red. A cada detenido se le descubren armas procedentes del robo, en 2006, de la fábrica de Vauvert Dans le Gard. Ha sido el caso de Iñaki iribarren Galbete que tenía un revólver de ese arsenal. Sin embargo, de las 341 armas robadas en Vauvert (¡y 60.000 municiones!), hasta ahora sólo se han descubierto 80…
La policíaa vigila de cerca las potenciales “derivaciones” de ETA en Francia. El grupúsculo Irrintzi, responsable de unas cuarenta acciones en el País Vasco francés, fue desmantelado en diciembre de 2009. Eran dos estudiantes parisinos de origen vasco localizados por los datos de la prefectura de la policía. En el punto de mira figura también el grupo “El País Vasco no se vende”, que desarrolla operaciones contra agencias inmobiliarias.
LE MONDE, 13/1/2010