Tonia Etxarri-El Correo
La financiación exclusiva para Cataluña está provocando tanta convulsión en aquellas federaciones territoriales del PSOE que temen que el pacto con el independentismo termine por borrarlos del mapa del poder que ha provocado una alteración de agenda en el PSOE. Pedro Sánchez ha dado un golpe de mano al querer acallar las críticas adelantando, un año antes de lo previsto, la convocatoria del congreso del partido. De eso se habló ayer en la ejecutiva.
Quien necesita adhesiones inquebrantables, no concibe los versos sueltos ni los pensamientos propios. Y los barones le están trastocando los planes. Los García Page, Aragón, Extremadura o Asturias, que habían pasado por tantos aros (la ley de la amnistía, entre otros) han topado ahora con el ‘cupo’ catalán y se les ha hecho bola. Por eso Sánchez busca un cierre de filas. Y blindarse. El partido ha perdido mucho poder territorial después de las pasadas elecciones autonómicas y municipales. Y la factura que Sánchez ha tenido que pagar a ERC a cambio de la investidura de Illa (ya veremos cómo se concreta) ha sido tan elevada que Sánchez ha tenido que escuchar una coral de críticas. Su reacción, adelantando el congreso del partido, no deja de ser un desafío a los suyos. A ver quién se atreve a sostenerle la mirada. La sangre no llegará al río. Ya se encargará el mismo líder de deslavar el cauce de la protesta. Con una compensación económica, por las buenas, o con un cambio de peones, por las malas. Y a otra cosa. Que lo que necesita Sánchez es un mandato sin fisuras. Porque sus aliados, que también están en procesos electorales, ya no le garantizan estabilidad.
Núñez Feijóo insiste en que Sánchez no tiene «mayoría» en el Congreso. Y tiene razón. Ya ha sufrido 33 derrotas parlamentarias en esta legislatura. Pero, ¿a dónde van a ir estos socios, almas de cántaro, donde sus exigencias constantes sean mejor atendidas que con el actual inquilino de la Moncloa? Junts no le aprobará los Presupuestos. Pero no habrá crisis de gobierno por ello. No debería, pero puede seguir gobernando sin legislar.
El PP sabe que no puede triunfar con una moción de censura. Descartado que Nicolás Redondo se vaya a presentar como candidato para forzar unas elecciones, a pesar de la insistencia de algunas informaciones ‘fake’ que han circulado por las redes. Sólo resultaría airosa esa fórmula si algunos diputados del PSOE se animaran a apoyarla. Porque el PNV acaba de cerrarle la ventanilla a Feijóo. Elevando el tono (los reproches del PP son «barriobajeros», los de la «higa» de Aitor Esteban, por lo visto son un dechado de sutileza). Ya le gustaría a Sánchez gozar de la docilidad del PNV o de EH Bildu con otros socios. ¿Quiere, con su congreso, tomar impulso para convocar elecciones sabiendo que no las va a ganar? No parece. Aguantará en el alambre hasta que Puigdemont quiera. ¿Su mensaje ante el próximo congreso? Que es el p… amo. Que sigue en el alambre, huyendo hacia adelante.