POR TEO URIARTE Y 6 REPRESALIADOS DEL FRANQUISMO
Los útimos siete presos políticos del franquismo arremeten contra el secesionismo y desmontan su victimismo: nadie va a la cárcel en España por sus ideas, sólo por sus delitos.
Los abajo firmantes hemos sufrido persecución, detención y encarcelamiento o exilio durante la dictadura franquista, y por el tardío advenimiento de la democracia en España, hemos sido los últimos presos o exiliados políticos de un país de la Europa no comunista.
Luchamos entonces por causas distintas, pero todas ellas gozaban de libertad de expresión en la Europa democrática de aquellos años, y todas coincidían en negar el autoritarismo del régimen franquista y en reivindicar un sistema de libertades para España.
Teníamos nuestras diferencias en la concepción de la democracia, pero supimos ver en el ordenamiento político que instauró la Constitución de 1978 una garantía de libertad y convivencia, y la fórmula que ha permitido acabar con el secular enfrentamiento entre españoles.
Con la Constitución
Nuestra experiencia posterior en el régimen democrático alumbrado por la Constitución española, hizo posible que algunos de nosotros se hicieran más demócratas, sobre todo al comprobar la naturaleza antidemocrática, autoritaria y en muchos casos violenta y totalitaria de quienes la han negado y han continuado enfrontándose a ella.
Orgullosos de nuestra contribución a su instauración, queremos salir al paso de la campaña de desprestigio hacia la democracia española que están llevando a cabo el Presidente y consejeros del legalmente cesado Gobierno de Cataluña, quienes amparándose en las prerrogativas que les concediá el Estado democrático, han subvertido sus normas, han alterado la paz social produciendo enfrentamientos entre los españoles, y han pretendido crear un nuevo orden político en una parte de España sirviéndose de medios ilegales y de las arcas del Estado.
Libertad
Nuestra Constitución define a nuestra Nación como un Estado de Derecho y garantiza que nadie pueda ser perseguido por motivos ideológicos, políticos y religiosos. Por todo ello, afirmamos que en España no existen presos políticos, ni nadie se ve obligado a expatriarse como consecuencia de una supuesta persecución política ejercida por el Estado o por los jueces, tal como lo sanciona el artículo 19 de nuestra Constitución.
Queremos también reconocer, que en nuestra patria se cumplen todas las condiciones para la expresión plena de cualquier ideología moralmente legitima, y están garantizadas las vías democráticas para la consecución de cualquier objetivo, polÃtico, económico y social compatible con la Libertad y la Justicia.