Juan Mari Gastaca,EL PAÍS, 25/9/12
La pelea electoral entre PNV y EH Bildu hacía presagiar ante el 21-0 un debate incansable en Euskadi sobre el camino hacia el independentismo. Nada de eso. Ha valido que la crisis entre por las rendijas de la sociedad vasca a nivel de cada casa para que el debate identitario quede para mejor ocasión. Ni siquiera la ola creciente de Cataluña se ha dejado querer más allá de lo previsible en el discurso de la izquierda abertzale.
¿Las razones? Al PNV, ahora, ante la everfescencia electoral, no le interesa.Iñigo Urkullu, su presidente y nuevo candidato a lehendakari, busca otro ropaje dialéctico para la ocasión. Sabe que si se enfrasca en la lectura de la reivindicación soberanista, su rival más inmediato le puede superar en la intensidad de la apuesta y, aún peor, comprometerle para iniciar un viaje conjunto del que los nacionalistas no quieren ni oír hablar de momento. Por eso, en sus innumerables comparecencias, el líder peneuvista exhibe la capacidad de gestión de su partido para transmitir al votante la seguridad suficiente ante la incierto escenario económico en el que, poco a poco, Euskadi también se va instalando aunque con menor gravedad que el resto de España.
Además, el PNV ni siquiera quiere compartir con EH Bildu la fotografía independentista. Tiene su propia opción, la que Urkullu llama nuevo estatutus político y que abordará en 2015. Así, suaviza de momento el mensaje entre los sectores, principalmente económicos, que temían por una sacudida identitaria para evitar que los abertzales les arrebataran una significativa parte de su granero electoral, sobre todo en al abonado terreno de Gipuzkoa.
A pesar de esta evidente esfuerzo del PNV, el PP no se lo cree y lo hace interesadamente porque así sustenta una parte de su actual discurso. Antonio Basagoiti sabe que situar a los nacionalistas cerca de EH Bildu alienta las dudas a un sector sociológico de Bizkaia que les puede acabar votando. Por eso Urkullu se desgañita en esta territorio en abanderar el mensaje económico, que antepone a cualquier dialéctica identitaria.
En el PSE-EE se han percatado con rapidez del desmarque del PNV y de ahí que eludan las referencias sobre el marco jurídico de Euskadi en este primer debate antes de la campaña electoral. El lehendakari, Patxi López ha buscado un discurso propio. Como consecuencia directa de su condición de gobernante, quiere situar el cuerpo a cuerpo en el ámbito de la preocupación ciudadana. Y es ahí donde trata infructuosamente de enganchar a Iñigo Urkullu, que se resiste porque le ampara una sensible diferencia de votos y una condición admitida de favorito.
Así las cosas, Euskadi amaina la tormenta catalana, pero lo hace dejando todos sus efectos emotivos en manos de EH Bildu. La opción abertzale los aprovechará, sin duda, para consolidar así una alternativa programática que proyecta la soberanía como el remedio de todos los males socioeconómicos y políticos. Tras el fin de la violencia, es su mensaje
Juan Mari Gastaca,EL PAÍS, 25/9/12