SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 02/01/17
· Daba cuenta hace una semana de la rara relación entre la televisión pública vasca y el mensaje real de Nochebuena. Y ya de paso con el oficio del periodismo, ninguneando un hecho que es retransmitido en directo por el resto de las televisiones españolas. Entre los siete asuntos que se trataron en el Teleberri-2 del día 24, el mensaje de Felipe VI fue el último, 41 segundos, menos que a ninguno de los demás. Sin embargo, el casi inexistente discurso es el gran temazo del informativo de Pascua, que abre con las reacciones de los partidos vascos a un asunto que la víspera había sido considerado irrelevante.
Lástima que ETB no sea un factor que ordene las preferencias de los vascos. Y de las vascas, claro. En las navidades de 2015, la relación de los televidentes vascos que vieron el mensaje del Rey fue de 4,27 a uno frente a los seguidores que tuvo Urkullu en Nochevieja.
En el último discurso de Felipe VI en la Nochebuena de los vascos se quedó en la mitad que en 2015, pero la directora general del ente es mujer de recursos y ha decidido cuadrar las cuentas en favor la causa. Especialmente en un año en que ETB ha rebajado el mínimo alcanzado el año pasado.
ETB se estrenó el día de Nochevieja de 1982 con el mensaje del entonces lehendakari Garaikoetxea a los euskaldunok, que eran los destinatarios de un discurso, que, salvo por el perfil lingüístico estaba inspirado en el que venía emitiendo el Rey en la única televisión de España desde la Nochebuena de 1975.
ETB ha tenido desde entonces 35 Nocheviejas en las que se han turnado los cinco lehendakaris que hemos tenido, todas a las 9 de la noche, todas desde Ajuria Enea. Hasta el discurso de Urkullu del sábado, que cambió de hora y de sustancia. Ya son volátiles hasta las tradiciones. La tradición en Euskadi es cemento de fraguado rápido como afirmaba Tasio Erkizia, para el que algo ocurrido seis años atrás se convertía en una tradición secular. Según ese patrón, una de 34 años debería ser, por esencia, milenaria. ETB siempre se ha jactado de que sus informativos eran líderes de audiencia frente a los de otras cadenas. Esa es la razón que le hayan negado su condición de mensaje presidenciales para convertirlo en el scoop del Teleberri.
Iñigo Urkullu nunca ha sido la alegría de la huerta. Cada comparecencia suya me hace recordar el artículo en que Woody Allen expresó sus preferencias ante las elecciones presidenciales de 2000, en las que compitieron George Bush y Al Gore. Se titulaba: «Votaré al soso».
Al ente autocomplaciente, la comparación le perjudica casi siempre. El 26 de marzo de 2013, decidió festejar los 100 días en la Presidencia de Iñigo Urkullu con una entrevista en profundidad. Los dirigentes de la cosa no valoraron como debían que a la misma hora se transmitía desde París el partido Francia-España de clasificación para el mundial de Río. Hombre, pensarían, entre un partido de fútbol de las potencias opresoras y una entrevista con el lehendakari de todos los vascos (y las vascas, naturalmente), ¿qué van a elegir éstos y éstas? Bueno, pues optaron por las selecciones enemigas como una vida mía: un 39,3% de share frente al 8,2% del discurso presidencial.
Habrá que esperar a conocer los datos, pero quizá para el año que viene deberían colocar el mensaje en el descanso de un partido amistoso del Athletic programado al efecto. Y la versión en vasco para ETB-1 (2% de share) emparejarla con retransmisiones deportivas, la misa del domingo y el campeonato de bertsolaris, que son los líderes de audiencia en la cadena euskaldun.
SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 02/01/17