EL MUNDO – 04/11/15 – VICTORIA PREGO
· El presidente del Gobierno será quien, de ahora en adelante, decida cuánto dinero, en qué plazos y con qué destino se envía a las arcas vacías de Cataluña. Estamos ante una buena decisión que debería haberse tomado hace mucho tiempo, porque hace mucho tiempo que los españoles asistimos escandalizados e indignados al espectáculo permanente de altanería ofensiva protagonizado por los dirigentes de la Generalitat en lo tocante a su nivel de déficit y a los gastos sin medida destinados a financiar las campañas a favor de la secesión.
Siguen diciendo, lo afirmó ayer la vicepresidenta Neus Munté, que los miles de millones que les llegan procedentes del FLA y del Mecanismo de Pago a Proveedores no son más que la devolución «humillante y a cuentagotas» de los impuestos de los catalanes.
No, señora Munté, la ayuda que el Gobierno lleva proporcionando a la Generalitat durante toda la legislatura procede de los impuestos de todos los españoles que, solidariamente, socorren a sus compatriotas catalanes, maltratados sin piedad por una gestión irresponsable y casi delictiva de sus gobernantes. Y el FLA viene a socorrer a la Generalitat porque su deuda está calificada como bono basura y porque tiene los mercados cerrados a cal y canto y el único banco que se aviene a prestarle dinero es el Estado español.
Pero, claro, esa realidad casa mal con el eslogan que airearon Artur Mas y los suyos y que pasearon por los colegios de toda la comunidad para que los niños aprendieran que los españoles estaban robando a los buenos catalanes y que por eso era necesaria la independencia. Muchos todavía tenemos en el recuerdo un indecente programa de la televisión catalana en el que escolares de 8 y 10 años explicaban en su lenguaje infantil el «España nos roba» que sus políticos habían convertido en asignatura de obligado aprendizaje.
Y ahora, después de muchos y muy ofensivos dispendios acometidos por los independentistas en el uso y abuso de su poder, Mariano Rajoy ha decidido que ha llegado la hora de controlar en qué se gasta el nene la paga. No se trata de negarle la ayuda que necesitan imperiosamente para pagar, por ejemplo, a los farmacéuticos, que recientemente, y como no se atreven a plantarle cara a su Gobierno, se refugiaban en una postura equidistante, tan de moda, y reclamaban a «las administraciones» que les resolvieran su gravísimo problema. Afortunadamente, a partir de ahora los millones de euros que viajen desde el Estado hacia Cataluña estarán destinados a un fin concreto y se controlará si el Govern los ha empleado a tal fin.
No se trata de ahogar económicamente a los ciudadanos, sino de que sus dirigentes dejen de abusar con tanto descaro del resto de los españoles mientras les miran, además, por encima del hombro.
EL MUNDO – 04/11/15 – VICTORIA PREGO