EL CORREO 05/07/14
· La desafección del electorado no nacionalista emplaza a socialistas y a populares a moverse sin más dilación
El mapa político vasco se catalaniza en puertas de que el debate del nuevo estatus que pide el PNV entre en su fase decisiva
El mapa político vasco se catalaniza. Eso al menos parece deducirse del último Euskobarómetro. Si en el Principado el peso de las formaciones nacionalistas se ha disparado y el de los partidos de ámbito estatal ha caído a paralelo a mínimos históricos tras el estallido del desafío soberanista al Estado, en Euskadi las dos formaciones abertzales aumentan también la brecha en el Parlamento de Vitoria respecto a los grupos no nacionalistas. Ocurre en puertas de que se entre a fondo en el debate del nuevo estatus político que reclama el PNV .
La fotografía que ofrece el sondeo viene a ratificar en líneas generales las tendencias que ya se pusieron de manifiesto en las recientes elecciones al Parlamento europeo del 25 de mayo. No en vano, el trabajo de campo para el sondeo se llevó a cabo en las semanas anteriores a la cita electoral, aunque su difusión se haya retrasado hasta ahora.
El estudio avanza que si se celebraran ahora elecciones autonómicas, Euskadi elegiría el Parlamento más nacionalista de su historia. Las dos fuerzas abertzales sumarían 51 escaños de un total de 75. Ambas mejorarían sus actuales registros. El PNV se haría con 29 asientos, 2 más de los que tiene hoy. Y la coalición EH Bildu lograría 1 más, 22.
Desplome suma y sigue
PSE y PP representan el reverso de la moneda. Su desplome suma y sigue. Los socialistas –por más que su intención de voto directo suba ligeramente en contraste con el resto respecto al sondeo anterior– caen hasta los 12 escaños, lo que supone una pérdida de nada menos que 4 asientos, el 25% de los que tienen en este momento. Otro tanto puede decirse de los populares. Se quedarían solo con 7 asientos frente a los 10 actuales.
Aunque esa parte del estudio se dio a conocer hace ya algunos días, el mismo Euskobarómetro constata que se mantiene la crónica división en la sociedad vasca entre no nacionalistas y nacionalistas en bloques muy parecidos. El 47% de los encuestados se declara no nacionalista frente al 45% que se reivindica abertzale. Los primeros mantienen su hegemonía en Álava (56%) y Bizkaia (51%), en tanto los segundos son mayoritarios en Gipuzkoa (56%).
¿Cómo se explica que con semejante auto-adscripción el sondeo prevea un Parlamento con más de dos tercios de escaños abertzales? Exclusivamente por la tremenda desafección del electorado del PSE y del PP.
La de los populares –que habrá engordado sin duda el resultado del PNV– consecuencia de la política del Gobierno Rajoy, que se ha puesto de perfil ante la corrupción y ha adoptado medidas contra la crisis que han empobrecido a miles de familias. La de los socialistas, porque sus votantes no olvidan que la crisis arrancó con Zapatero, que primero la negó y luego fue el primero en plegarse sin chistar a las exigencias de la troika. Además, también, de por su autocomplacencia con la corrupción que salpica a su propia casa y su ‘generosidad’ con la de algunos aliados.
Esta realidad conmina tanto al PP como a los socialistas a tomar decisiones para tratar de parar la hemorragia. El PSOE (y el PSE) ya han puesto su casa patas arriba. Queda por ver la línea estratégica que fijan sus nuevos líderes y cómo la enjuicia el electorado.
Los conservadores apenas se han movido. Rajoy parecía seguro en fiar el futuro a la recuperación. Sin embargo no debe de tenerlas todas consigo cuando esta semana ha movido ficha y ha planteado la elección directa de alcaldes, por temor a su caída y a que eventuales alianzas de progreso arrebaten a su partido en 2015 buena parte de su poder municipal.
La encuesta, que confirma la solidez de UPyD en Álava, abre la puerta a una tercera pugna política en Euskadi. La que ya libran Podemos y Ezker Anitza-IU por hacerse con la mayor tajada posible de votantes descontentos de izquierdas, pese a la pervivencia de EB. La encuesta, hecha antes de las europeas, prevé que la coalición regrese a la Cámara de Vitoria con 3 escaños, mientras que Podemos se estrenaría con 1. En las urnas, en cambio, la formación de Pablo Iglesias consiguió diez mil votos más que la marca vasca de la coalición de Cayo Lara.