El comienzo del año ha sido un varapalo considerable para el sanchismo y sus asociados de uno y otro signo. El sondeo de Sigma 2, a medio camino entre la encuesta y la autopsia, ha venido a sancionar algo que ya se podía presumir a juzgar por el cerco de corrupción que tiene en torno a sí el presidente del Gobierno: la presunta y variada corrupción de Begoña Gómez, aquí su señora; de su hermano, David Sánchez Pérez-Castejón; de su antiguo número 2 en el Gobierno y en el partido, José Luis Ábalos; el inevitable procesamiento del fiscal general del Estado, su fiscal general, en heroica reivindicación de Sánchez. A uno empieza a parecerle que este es un derrumbe del que no va a poder librarse ni siquiera en las fantasías animadas de José Félix Tezanos por mucho que magree las encuestas del CIS.
Cómo estará el tema para que el pastelero loco de Amer, quiero decir Carles Puigdemont haya propuesto una solución que cuenta con el apoyo mayoritario de los ciudadanos españoles: un 56% del censo electoral considera que Sánchez ha perdido la mayoría para gobernar y es partidario de que se someta a una moción de confianza, tal y como le pide Junts. Los votantes más partidarios de la moción de confianza son los ocupados, los parados y las amas de casa, mientras se alinearín con Pedro Sánchez las clases pasivas: estudiantes y jubilados.
El PSOE y Sumar no sumarían más que 123 escaños; hace año y medio escaso, en la elecciones de julio de 2023, sumaban 152, exactamente los que alcanzarían en solitario los populares si las elecciones se celebrasen hoy. Los socialistas, con Sumar y todos los integrantes del conglomerado de apoyo, el proyecto Frónkonstin estarían lejos de alcanzar la mayoría absoluta, exactamente a 19 escaños, que vienen a coincidir con los que pierde Sumar. El PSOE se quedaría en 113 diputados, diez por debajo de que obtuvo en 2023.
Pese a los augurios que pueda hacer Tezanos, aquí tenemos la prueba de que los menirosos se tienen tomada la medida: por mucho que siga aumentando la intención de voto socialista con cada imputación de los parientes, compañeros y amigos, no convocará elecciones. El único motivo de esperanza del sanchismo es que la extraordinaria mayoría que alcanzaría la derecha, 191 escaños, más de la alcanzada por Aznar en marzo de 2000, más de la que obtuvo Rajoy en 2011, no pudiese fraguar porque la torpedeara uno de los dos partidos. Voy a cometer la imprudencia de hacer un augurio que ya hice a UPyD en tiempos pasados: aquel de los dos a quien los votantes culpen de boicotear la mínima e imprescindible unidad para desalojar al intruso de la Moncloa lo acabará pagando en las urnas.
No hay una prioridad mayor en la política española que echar a Sánchez de la Presidencia del Gobierno. El PP deberá hacer uso de pragmatismo y Vox ahuyentar la quimera del sorpasso con la que ya fracasaron Ciudadanos frente al PP y Podemos frente al PSOE. El PP mejora sus resultados en las comunidades donde gobierna. Hasta en la Comunidad Valenciana mantiene sus resultados y Vox tiene un crecimiento notable que no paga el PP. Las medidas nuevas del PP en la Comunidad de Madrid, escolarizar a los niños hasta los 14 y en régimen de jornada continua obtienen una mayoría más que notable, (76% y 70,1% respectivamente) y la imposición de una Ebau igual para todas las comunidades se convierte en aplastante, con un 80,1%.