Un 59% cree, sin embargo, que el Gobierno debe permitir el referéndum, tolerarlo aunque los tribunales lo prohíban y en ningún caso suspender la autonomía. A diferencia del conjunto de los españoles, un 45,5% cree que la respuesta de Zapatero está siendo adecuada y sólo un 17% la ve demasiado blanda.
EL MUNDO
Los vascos confían en que la solución política planteada por el lehendakari para no acabar «a tortas» -expresión utilizada por él mismo- resuelva el principal problema con el que se enfrentan desde hace décadas: el terrorismo. Así lo considera un 44,9% de la población. Sin embargo, el nuevo Estatuto Político de Euskadi que propugna Ibarretxe despierta más rechazos (un 36,1%) que votos a favor (un 34,2%) entre los ciudadanos vascos.
La mayoría de la población, aunque no se muestre de acuerdo con la secesión de Euskadi y su conversión en un estado asociado, se aferra al plan Ibarretxe con la esperanza de que el nuevo estatus de la comunidad con más autogobierno de Europa allane el camino al fin de ETA y la violencia.
Por contra, los vascos manifiestan poca confianza en el proyecto de libre asociación que en unos días llegará al Congreso de los Diputados como generador de progreso y bienestar y creen que dividirá a la sociedad vasca.
El mensaje repetido hasta la saciedad por el lehendakari Ibarretxe sobre la potencialidad de un «pacto amable» con el Estado para lograr la paz y la normalización política parece haber logrado, al menos, parte de su objetivo a tenor de las respuestas obtenidas en un sondeo de Sigma Dos para EL MUNDO.
Aunque sólo un 34,2% de los encuestados se muestra a favor del nuevo Estatuto Político de la Comunidad de Euskadi, frente a un 36,1% que se manifiesta en contra, un porcentaje mucho más amplio, un 44,9%, considera que con el plan Ibarretxe hay más posibilidades de que desaparezcan el terrorismo y la violencia en el País Vasco. De nuevo, los que no comparten estas tesis sobre la pacificación suman un porcentaje del 36,1%.
Entre los que creen que el proyecto del lehendakari contribuirá a la pacificación, además de un predecible 80,6% de los votantes de la coalición PNV-EA, se encuentra un 34,5% de los encuestados que votaron al PSOE en las últimas elecciones generales, y un 39,10% de los que votaron a IU. Sólo entre los vascos que optaron en las urnas por el PP el 14-M, la opinión negativa resulta contundente, con un 94,2%.
El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, niega la mayor y advierte de que no habrá solución «al conflicto» con la propuesta del PNV y sus compañeros de viaje. Batasuna, inmersa en el doble juego del apoyo con sus votos y la crítica en sus declaraciones a partes iguales, exige una solución «para el conjunto de Euskal Herria» -en referencia a Navarra y el País Vasco francés-, pero al menos parte de la ciudadanía vasca (44,9%) ha asumido la doctrina de Ibarretxe y confía en la desaparición de la organización terrorista una vez atendidas las reivindicaciones del nacionalismo.
Esta normalización política que propugna el lehendakari resulta, sin embargo, de acuerdo con otros datos del sondeo, una imposición, al menos para parte de los vascos, que la contemplan como una alternativa viable para acabar con el terrorismo.
A la pregunta de si el plan Ibarretxe servirá para unir más a los vascos, una mayoría de los preguntados, el 42,7%, se expresa con pesimismo y sólo un 33,9% cree en esta posibilidad. De nuevo, destaca el comportamiento de los votantes del PSOE, que en un 72,9% consideran que el plan no unirá a los vascos, impresión que comparten con un menor, aunque llamativo 15,40%, los votantes de PNV-EA.
Otro de los paradigmas defendidos por Ibarretxe se viene abajo con la percepción que los vascos tienen sobre la contribución del plan al progreso económico del País Vasco.
El lehendakari ha trabajado con ahínco la fórmula que une su nuevo Estatuto con más autogobierno y éste con mayor prosperidad como una verdad incuestionable. Lo hizo el pasado sábado, sin ir más lejos, en la inauguración de una línea del Metro de Bilbao.
Los vascos, sin embargo, se muestran más escépticos. Sólo una tercera parte, un 33,7%, coincide con su presidente, mientras un 38,4% considera que el plan no traerá más prosperidad al País Vasco. Los hombres, con una opinión negativa del 41,3%, y los mayores de 45 años, con un 41,4%, son los que se muestran más escépticos.
Aunque el proyecto de libre asociación no cosecha el respaldo de la mayoría de la sociedad (sólo un 34,2%), la idea de que se debe respetar la decisión de los vascos y de que ésta ha sido expresada por el Parlamento con la aprobación del plan está muy extendida en Euskadi.
Más de un 40% considera que las Cortes Generales deberían dar el visto bueno a los planes nacionalistas. El porcentaje crece hasta un contundente 59,1% a favor de que el Gobierno español y los tribunales permitan la celebración del referéndum en Euskadi.
Sólo un 16,2% aboga por impedir la consulta por la fuerza si el Gobierno vasco se empeña en celebrarla y un porcentaje muy similar, un 17,3%, apuesta por la suspensión de la autonomía vasca si el Ejecutivo autónomo decidiera poner en marcha el plan.
Entre los que muestran una mayor resistencia a la aplicación del artículo 155 de la Constitución, que habilita al Gobierno para adoptar esta decisión con la mayoría del Senado, se encuentran los menores de 30 años, con un 66,6%.
La respuesta de los encuestados en el conjunto de España varía de forma sustancial si se compara con la expresada en Euskadi.Tal y como publicó en su edición de ayer EL MUNDO, sólo un 11% se muestra a favor del proyecto de PNV y EA y un 68,7% cree que el Congreso de los Diputados debe rechazarlo. Además, un 42,7% considera que debería prohibirse la consulta popular, un 39,1% que debería impedirse por la fuerza su celebración y un 43,7% sería partidario de la suspensión de la autonomía de Euskadi en caso de que el plan se aplicara de forma unilateral.
Un 41% de los vascos opina, no obstante, que el Gobierno debería recurrir el proyecto de nuevo Estatuto ante el Tribunal Constitucional, aunque cabe suponer que en este porcentaje se engloban tanto los que confían en la inconstitucionalidad del texto como los que consideran que superaría esta prueba o, incluso, los que desprecian la opinión del Alto Tribunal, porque los porcentajes de votantes de PNV-EA (28,6%) e IU (25,8%) son nutridos.
El pasado viernes, el presidente de la Junta de Extremadura, el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, y el de la Xunta de Galicia, el popular Manuel Fraga, coincidieron en reclamar una dura ofensiva desde el Gobierno central contra el proyecto que propugna Ibarretxe. El primero reclamó al Ejecutivo de Zapatero que se plantee retirar al Gobierno vasco su competencia en materia de policía autonómica. El segundo fue más allá al pedir a Rodríguez Zapatero que no siga ignorando el artículo 155, que permite la suspensión de la autonomía vasca.
La reunión de Zapatero con Ibarretxe, concertada para el próximo jueves 13 en La Moncloa, cuenta con el apoyo de un 86,1% de la población vasca, que también respalda la respuesta política del presidente del Gobierno a la inesperada aprobación del plan.Un 45,5% la considera adecuada, mientras los que piden más dureza suman un 17,3% y los que abogan por un trato más amable son un 13,7%.
Las diferencias con la opinión del conjunto de la sociedad española son evidentes también en este capítulo, porque un 41% tacha a Zapatero de blando en el conjunto del territorio español y sólo un 36,3% cree que se comporta de forma adecuada al defender que será el Congreso el encargado de frenar el plan, en lugar de acudir a los tribunales de inmediato, como propone el Partido Popular de Mariano Rajoy.
Al margen de la intranquilidad que despierta el plan vasco y las pretensiones catalanas en el resto de España -hasta el punto de que una mayoría defiende que el PSOE debería buscar acuerdos parlamentarios con el PP, en lugar de con IU y ERC-, en Euskadi son los menos los que defienden tanto esta vía (18,1%) como un gobierno de coalición PSOE-PP (21,1%) para responder a los nacionalistas con un pacto de Estado, una tesis apoyada por un 37,9% de la sociedad española.
Entre los más jóvenes recaba mayor rechazo un acuerdo PSOE-PP para poner freno a las aspiraciones nacionalistas (64,5%), un asunto en el que las opiniones de hombres y mujeres también reflejan diferencias sustanciales, con una negativa del 59,3% de los varones a una coalición de los dos grandes partidos y un 47,7% de las féminas.
EL PAÍS
El 42% de los vascos rechaza el ‘plan Ibarretxe’ frente al 39% que lo apoya
La encuesta de la Cadena SER arroja un rechazo contundente de la reforma en los datos del conjunto de España.
El plan Ibarretxe divide por mitades a la sociedad vasca, aunque una es algo mayor que la otra. Según el Pulsómetro de la Cadena SER, el 42% de los ciudadanos de Euskadi rechaza el proyecto de reforma del Estatuto, mientras que el 39% lo secunda. En el conjunto de España el rechazo es claro: el 75% de los encuestados se declara contrario.
Pese a que el PNV presenta el plan como un proyecto para la convivencia, la mayor parte de los españoles (63,1%) entiende que se trata de un procedimiento para la independencia. Aunque esta visión no es la mayoritaria en el País Vasco (el 41,8% apoyaría esa afirmación), no son muchos más lo que lo perciben como un plan para la convivencia (46,2%).
El apoyo de la antigua Batasuna al proyecto es percibido de manera opuesta en el conjunto del país y en Eusakdi. Mientras que la mayor parte de los encuestados en toda España tiene claro que los tres votos de Sozialista Abertzaleak corrompen la propuesta del lehendakari (así lo señala el 59,1%, el 58,8% cree que Ibarretxe debió retirarlo al obtener el apoyo de la coalición ilegalizada y el 64% afirma que rompió su palabra de no contar con ellos para gobernar), en el País Vasco la mayoría acepta los votos de este partido (el 57,5% de los vascos no cree que el proyecto esté condicionado por ETA y el 56,5% defiende que lo mantuviera pese al apoyo de la coalición).
Por último, respecto a la actuación del Gobierno, la encuesta pregunta sobre la conveniencia de recurrir ya al Tribunal Constitucional. En este aspecto, la mayoría de los encuestados (47,7%) defiende que se plantee la cuestión sin esperar a su tramitación en el Congreso; en cambio, a esa pregunta en el País Vasco sólo responde afirmativamente el 19,5%.
EL MUNDO y EL PAÍS, 10/1/2005