EL COREO 27/02/14
FÉLIX MADERO
Asegura Duran i Lleida, nacionalista en Cataluña y componedor en Madrid, que el mayor problema que tiene España está en Cataluña. Y yo, que considero el problema catalán un contratiempo de primera magnitud, le digo que el problema número uno que tiene España es el desempleo, incluido claro está, el desempleo catalán, que a finales del año pasado estaba en 625.000 personas. Perder esta perspectiva incapacita al dirigente a la hora de concretar un diagnóstico que saque a España de la crisis, y digo de la crisis y no de la recesión de la que hemos salido nosotros y buena parte de Europa. Los parados quieren un trabajo, no una pregunta para responder sobre la independencia de una parte de España; desean un empleo y no la apocalíptica realidad dibujada por Rubalcaba, no la complaciente visión de un país empobrecido y triste contada por Rajoy. En realidad los parados y los que no lo están sólo necesitan que les digan la verdad.
Ahora este señor tan educado que es Duran se muestra conciliador en Madrid y canta las bondades del diálogo, ese que dice está faltando entre Artur Mas y Mariano Rajoy. No sé si Duran está a gusto entre dos aguas, pero ya se le nota demasiado. No hace falta adherirse a las tesis de Rajoy para estar sensata y racionalmente con él porque, salvo que sea un felón, nada puede hacer por romper España. El diálogo no es un fin cuando en el camino alguien lo frena, y además lo hace para que se note. El diálogo al que apela Duran no tiene más límite que la legalidad, que es un dique fabuloso para que unos y otros no se vuelvan locos, si es que ya no lo están. Eso de que ahora hay que buscar una salida a Mas es una de las pretensiones más irresponsables que se han escuchado últimamente. Eso es lo que pide Duran: «Si yo fuera presidente, a lo mejor podría entender que no se podría aplicar el mismo sistema de financiación en el País Vasco que en Cataluña, pero le diría al president: lo que hago es reconocerte que estás muy mal financiado (…). Vamos a hablar de ello para poder llegar a un acuerdo al respecto».
Si de verdad Durán quiere diálogo, si fuera capaz –que no lo es– de convencer a Mas de que ese es el camino, empezaría por decirle al president que retirase la fecha de la consulta y buscara apoyos en partidos serios que aseguren la viabilidad de Cataluña, que de seguir así terminará en manos de los tarambanas de ERC. Pero Mas hace de kamikaze cuando asegura que él no traicionará a Cataluña, pero ¿a qué parte, la que desea la independencia o la que la rechaza? ¿O es que no se puede traicionar a los que desean ser catalanes y españoles? Que alguien le explique que gobernar es pactar y que pactar no es ceder. Y haga de una vez política con mayúsculas, empezando por atender a los más de 625.000 parados que, quizá, se sientan traicionados ante semejante espectáculo.